Anna
Pagés escribe el libro “Sobre el olvido “ en editorial Herder
L.M.A.
Una cosa es no recordar un nombre o una cifra en un momento dado, y otra
muy distinta conseguir olvidar el impacto de lo que sucedió. Por ello, Anna
Pagés propone una reflexión sobre el olvido, una pausa del tiempo que nos
arrastra en la prisa del día a día.
Sobre el olvido es un camino en
el que el lector comprenderá el valor de saber olvidar y cómo hacerlo. Grandes
acontecimientos históricos como la Guerra Civil Española o la Segunda Guerra
Mundial se mantienen en el recuerdo de generación en generación, incluso se
aprueban leyes sobre ello, pero el olvido no puede imponerse, no se alcanza por
obligación. La importancia del olvido radica en las historias particulares, en
la incidencia concreta en cada vida.
Llegar al olvido
verdadero, el que no consiste simplemente en seguir hacia delante sino en dejar
en donde estaba la herida, cubierta esta vez por una venda que la proteja, sin
cicatriz, es indispensable para no paralizarse en el presente, el olvido
verdadero es la bisagra entre el pasado y el futuro.
Anna Pagés ofrece una original visión
sobre el recuerdo y sus contradicciones, enlazando a autores como Freud o
Gadamer con su propio pensamiento, pero también con literatos como Jorge
Semprún o Thomas Mann.
El olvido puede
compararse con un brusco despertar, y aunque pareciese que el recuerdo nos
desvela y el olvido nos adormece, es al revés. El olvido debe ser el comienzo
de algo nuevo, aunque tengamos que inventarlo.
Biografía
Anna Pagés es
doctora en Ciencias de la Educación por la Universidad Autónoma de Barcelona, y
profesora titular de Filosofía de la Educación en la Facultad de Psicología y
Pedagogía Blanquerna, de la Universidad Ramon Llull. Ha realizado distintas
estancias en centros universitarios del extranjero como por ejemplo la
Universidad de Ottawa, en Canadá; la Universidad de Buenos Aires, la
Universidad Torcuato di Tella y la Universidad de Quilmes, en Argentina; la
St.Andrews Teacher School en Escocia. Miembro del Grupo Cátedra “Antropología y
Pedagogía” de la Universidad Ramon Llull, miembro de la Sociedad Catalana de
Pedagogía y de la Societé Francophone de Philosophie de l’Education.
Desvelarse y
olvidar
“Hemos abierto los ojos como platos en
mitad de la noche. Ya no nos pesan los párpados, nos desvelamos sobresaltados:
¿dónde estamos, qué hora es? Despertamos y nos damos cuenta de que habíamos
estado durmiendo profundamente, con obstinación. Al desvelarnos, es como si
recuperáramos la memoria, aunque no del todo, casi: sabemos que en nuestro
sueño hubo memoria, pero no nos acordamos porque su contenido quedó atrás, al
dibujar una frontera entre el antes y el ahora.”
Olvidar el futuro
“¿Qué diferencia hay entre el olvido y
la urgencia de futuro, ese ansia por dejar atrás al presente cuanto antes?
Desde luego el olvido no tiene nada que ver ni con huir del pasado ni con la
urgencia de futuro. El olvido […] consiste en construir otra experiencia del
tiempo y del espacio. Una especie de paréntesis en el tiempo, cuya apertura
impide que sigamos cerciorándonos de nuestros constantes temores e
inquietudes.”
Acerca de lo inolvidable
“Aharon Appelfeld, escritor israelí de
origen polaco, vivió una infancia terrible, víctima de la persecución y el
exterminio durante la segunda guerra mundial. Es un personaje muy especial, un
hombre pequeño y silencioso, de una notable talla humana. […] En uno de sus
documentales, Nurith Aviv, directora de De una lengua a otra, pide a
Appelfeld que cuente cómo fue su aprendizaje del hebreo sobre sus otras lenguas
“maternas”: el polaco, el yiddish, el alemán entre otras muchas. Appelfeld
cuenta que su adhesión al hebreo fue absoluta debido a la insistencia de su
entorno en “dejar atrás” su historia – sus lenguas -, se introdujo en el hebreo
con todas sus fuerzas. Sin embargo, cuando bajaba la guardia, en sueños, o en
momentos de gran fatiga, le venía a la mente de nuevo el alemán, el polaco, el
rumano, el yiddish, a los que intentaba reprimir, sin conseguirlo.”
El olvido y la invención
“Nada ni nadie puede
ocupar el lugar de lo que hemos olvidado. Hemos olvidado que, ahí donde hubo
pérdida, puede haber un inicio como condición fundamental para construir su
versión novelesca. Una versión inédita, nunca incluida del “érase una vez” de
todo cuento. La novela es el cuento que pacifica a los adultos, la ficción del
comienzo; no es la mentira de lo estándar, para todos igual.”
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