Luis Miguel Román presenta el libro “Mi
vecino Alonso”
L.M.A.
El objetivo de este estudio es
determinar el lugar de don Quijote. Nombre escondido por Cervantes en la
primera y enigmática frase “En un lugar
de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme…”, teniendo en cuenta como
bibliografía principal las primeras ediciones de 1605 y 1615.
Según Luis Miguel Román,
si bien Cervantes esconde su nombre al principio, durante toda la obra va
dejándonos también detalles, más o menos significativos en el relato, sobre el
lugar de don Quijote, lugares de referencia, parajes y distancias. Estas
distancias las relaciona, según el paso de otro protagonista de la obra,
Rocinante. Establece la distancia aproximada de camino recorrido por este
singular equino en una jornada, según Cervantes, para ir marcando los lugares
por donde se celebran las aventuras de don Quijote y su escudero Sancho Panza,
y relacionarlos con el lugar buscado.
Lugares
próximos a El Toboso, la venta donde es armado caballero y la batalla con los
molinos de viento, son algunos de los capítulos que forman esta obra, donde se
concluye con el nombre del lugar de don Quijote, que no es otro que Alcázar de
San Juan.
Documentos
históricos de la época de la escritura de El
Quijote, van certificando cada uno de los aspectos que forman el estudio.
Para
Luis Miguel Román, El Quijote, una
obra de ficción, está enmarcada por su autor dentro de un espacio geográfico,
lugares, caminos y parajes reales. Y así también lo piensa el hispanista y
cervantista francés, Jean Canavaggio, catedrático en la Universidad de París,
autor de numerosas publicaciones sobre la obra de Cervantes y su biografía, en
su crítica realizada a Mi vecino Alonso:
“No quiero tardar más en comunicarle mis
impresiones, una vez concluida mi lectura de su tan documentado estudio. Creo
que, sin la menor duda, Cervantes estuvo pensando en Alcázar de San Juan en el
momento de situar las aventuras de don Quijote de la Mancha”
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