Julia Sáez-Angulo
12.10.12 .- José Luis Monaj (Zaragoza, 1938) es un artista que disfruta
con la línea, bien sea en el dibujo, la caricatura o el contorno de los campos
de color en la pintura. Recientemente ha expuesto sus dibujos en el Liceo
Molière de Bruselas con reconocimiento de público y crítica.
Monaj
confiesa que ha tenido que represar sus deseos de expresión plástica durante el
tiempo de su trabajo funcionarial, pero una vez jubilado ha vuelto con empeño
al dibujo, “aunque nunca he dejado de hacer caricaturas”, dice, al tiempo que
muestra un antiguo retrato que pintó en 1956.
Siluetas de toros y toreros es el repertorio icónico más
reciente y el que presentó con éxito en Bruselas. “Desde que algunos han
atacado la fiesta taurina, han despertado en otros más empeño y entusiasmo por
la misma”, dice el autor. El toro es un animal totémico y simbólico de toda la
ribera mediterránea y en especial en España.
Aunque el artista aragonés se ha decantado últimamente en
los dibujos de línea, donde se ve con nitidez el trazo, la forma y el ritmo,
también lleva a cabo figuras taurinas con una suerte de horror al vacío, a base
de líneas, más que manchas que rellenan, a modo de la caligrafía dieciochesca.
Una de sus obras más logradas es la titulada “Europa y el
toro”, dibujada con acierto sobre cartón pluma. José Luis Monaj prepara un
dibujo similar para el Gabinete de Dibujos y Estampas de la Biblioteca Nacional
de España en Madrid.
El arte de coleccionar santos
El arte ha sido siempre su pasión y los regalos que hacía a
su novia, hoy esposa, la pintora Nati Cañada eran piezas artísticas que adquiría
en los anticuarios. El primero de ellos fue un fragmento de fuste de columna,
que permanece en la casa como base de uno de los santos barrocos que
colecciona.
Monaj estudió Derecho y se dedicó a él, como secretario de
Ayuntamiento del municipio de Pozuelo de Alarcón –Madrid. Pero el arte lo tenía
siempre cerca con la pintura de su mujer y las piezas que ambos han ido coleccionando
a lo largo de su vida.
Más
de quinientas obras en su mayoría latinoamericanas que ella compra en sus
viajes a América y que él se encarga de estudiar, inventariar y catalogar.
Todas ellas se exponen en los muros de
su casa madrileña o en las de Oliete (Teruel) y Zaragoza.
“Agrupamos
las esculturas por figuras como son los San Antonio, san Francisco, San Sebastián,
Niños Jesús, Crucificados, Vírgenes de Bahía (Brasil), nacimientos, cruces de
forja, … Monaj reconoce que estudia y se aprende a medida que se colecciona. “Es
como una caza en que la pieza permanece siempre contigo”.
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