Julia Sáez-Angulo
11.10.2012.- Logroño.- El
Museo Würth La Rioja, que acaba de cumplir un lustro de andadura, va a recibir en
breve la cifra de doscientos mil visitantes. La exposición “El coleccionista,
la empresa y su colección”, que estará abierta al público hasta abril de 2013,
da cuenta del recorrido del arte con obras que van desde 1935 a nuestros días.
Un total de 75 piezas expuestas, con un claro rigor expositivo con cartelas
bien documentadas.
La colección Würth, que cuenta con quince mil obras de arte,
es una de las más numerosas e importantes colecciones privadas del mundo en
arte moderno y contemporáneo, si bien cuenta igualmente en su seno con piezas
medievales. En cuanto a fondos monográficos de artistas en la colección, cabe
destacar las de Hans Arp, Robert Jacobsen, Max Erns, Georges Baselitz, Eduardo
Chillida, Max Bill, Amsel Jiefer, Christo o Guimaraes, entre otros.
Aunque la colección es una unidad, cabe hablar de colección Würth española, por cuanto las obras se han
adquirido por o para el Museo Würth La Rioja en España, “el 75 por ciento de
las piezas son de artistas españoles, de las que un 20 por ciento son mujeres”,
según ha declarado Silvia Lindner, directora del museo español, que se
encuentra en el polígono industrial de Agoncillo (La Rioja).
La colección Würth en España se focaliza en la obra de cinco
grandes nombres del arte internacional: Miquel Barceló, Richard Deacon, Miquel
Navarro, Jaume Plensa y Manolo Valdés. Una buena elección sin duda, aunque siguen
faltando nombres femeninos y hay cierta ausencia de la fotografía, expresión
plástica clave en la actualidad.
No olvidemos que la colección Würth --llevada a cabo por el
alemán Reinhhold Würth, que ha cumplido 75 años, y su empresa, la Adolf Würth
cuenta con 65 años de actividad –se reparte en varios museos en diversos países
de Europa como Alemania, Austria, Francia, Italia, Suiza, Noruega y otros,
todos ellos bien instalados en polígonos industriales, cercanos por tanto a los
trabajadores.
40 años de coleccionismo
Cuarenta años de coleccionismo y veinte años de exposiciones
dan crédito de una acción cultural y social por parte de un acaudalado industrial
que se dedica a la distribución de tornillería industrial y ha hecho fortuna. Reinhhold
Würth viaja con frecuencia a La Rioja en su avión privado hasta la base aérea
de Agoncillo, a donde llegó la semana pasada con un grupo de antiguos
directores jubilados de la empresa para celebrarlo con gastronomía riojana.
El Museo Würth La Rioja es uno de los elegidos por la
Biblioteca Nacional para mostrar una de sus obras durante la celebración de su
tercer centenario. En este caso ha expuesto la obra “Carte la plus Generale et
qui comprende la Chine, la Tartarie Chinoise et le Thibet”, de 1734.
El artista Ricard Salvatierra (1969) es también objeto de
una exposición en la actualidad: “It never rains in postcards” (cada vez más son
más los artistas plásticos nos colonizan con sus títulos en inglés). La muestra
es una reflexión sobre la forma, el sentido y la construcción de las imágenes en
50 obras comprendidas entre 2008 y 2011.
(NOTA BENE: Pese
al evidente interés del Museo Würth La Rioja, llegar a él es casi una odisea
debido a dos factores: primero, a que el autobús M7, dispuesto por el Gobierno
riojano, deja lejos de la parada, pese a que esa parada se denomina Museo Würth;
segundo, a la nula señalización de entrada al Museo desde esa parada, lo que
obliga en algunos casos, por desorientación y mala indicación oral, a atravesar
un tomillar para llegar al edificio, sin poder seguir, a su vez una vez dentro,
una indicación de flechas que marquen la definitiva entrada.Nunca hay que dar nada por sabido.
Según la dirección estos factores se van a subsanar en breve
y así es de esperar a favor de todos, si bien sorprende que no se haya hecho
hasta ahora).
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