CICLO “A
RITMO DE VALS”, EN
“CONCIERTOS DEL
SÁBADO”
EN TRES CONCIERTOS, LOS SÁBADOS 11, 18 Y 25 DE MAYO,
UNA MUESTRA DE CÓMO EL VALS FUE ASIMILADO EN TODA CLASE DE COMPOSICIONES
Este sábado 11 de mayo, a
las 12 horas, en la Fundación Juan March (www.march.es, también Facebook y Twitter:
@fundacionmarch) se inicia el ciclo A RITMO DE VALS, que
se desarrolla en tres conciertos dentro de Conciertos del Sábado. A veces la música concebida para acompañar el baile
se independiza, convirtiéndose en un género propio. Esto fue lo que ocurrió
con el vals, definido por un ritmo ternario que enfatiza el primer pulso, como
mostrarán las obras seleccionadas para este ciclo.
La importancia
del salón de baile como medio de socialización a lo largo del siglo XIX dio
lugar a un variado elenco de danzas, entre las que se contaban algunas hoy
olvidadas como la redowa o el krakowiak, y otras que nos resultan más
familiares como la mazurka, la polonesa o el schottische (chotis). Pero el vals fue,
sin duda, la danza más popular y la que, con mayor facilidad, trascendió al
circuito de los salones para ser asimilado en toda clase de composiciones.
*11
de mayo:
Rafael
Aguirre, guitarra, ofrece obras de Agustín Barrios, Granados, Antonio Lauro,
Baden Powell de Aquino, Villa-Lobos, Chopin y Tárrega.
El piano,
protagonista del romanticismo, servirá para difundir un vals cuya dimensión
estética será elevada por Chopin. En su estela, aunque dando cabida a
sonoridades impresionistas y sin dejar de mirar al pasado, se desarrolló la
obra de Granados. Pero el vals también se acercó a la guitarra de Tárrega. Por
otro lado, la fascinación por
el vals sobrepasó los límites europeos y llegó hasta Latinoamérica. Aceptado
con entusiasmo por la sociedad criolla, la fusión con elementos indígenas y
africanos dio lugar a variantes como el vals criollo, el peruano o el
venezolano.
Rafael Aguirre es malagueño y desde 2009 es profesor
en la Hochschule Robert Schumann de Düsseldorf.
*18
de mayo:
David
Kadouch, piano, ofrece obras de Chopin y Debussy.
Si alguna vez existió un arquetipo del Romanticismo, este
fue Chopin. Nacido en Polonia, su carrera brilló en los salones de la burguesía
francesa. A estos ambientes minoritarios destinó la mayor parte de su
producción, en la que abundan las piezas de salón como nocturnos, polonesas,
mazurcas y, por supuesto, valses. Es la expresividad el elemento dominante en
estas piezas, de las que están ausentes, tanto el carácter danzable, como el
componente popular. Nos encontramos, por tanto, ante obras que reflejan
poéticamente situaciones anímicas. Los 24 Preludios de Debusssy remiten
de manera inevitable a los 24 Preludios de Chopin y, si estos habían
revolucionado el piano romántico, aquellos habrían de provocar una sacudida
similar en la técnica pianística del siglo XX. Compuestos entre 1909 y 1913,
sintetizan algunas de las indagaciones que Debussy había realizado en años
anteriores. Estas se plasman en el empleo de texturas ligeras, sonoridades
difuminadas y ecos orientalizantes que sugieren y evocan en lugar de expresar o
narrar.
David Kadouch con 13 años actúa en el Metropolitan
Hall de Nueva York bajo dirección de Itzhak Perlman y un año después en el
Conservatorio Tchaikovski de Moscú. En 2008 interpreta el Quinteto de Schumann junto a Perlman en el Carnegie Hall de Nueva
York. Ha participado en la grabación del dvd Barenboim on Beethoven.
*25 de mayo:
Jacques
Zoon, flauta, y Cameron Roberts, piano, ofrecen obras de Bach, Schubert,
Brahms, Ravel, Fauré, Debussy, Godard y Andersen.
La introducción de ritmos de danza en piezas de música
instrumental es común desde el Barroco. La siciliana, de origen italiano y
escrita en ritmo ternario, aparece en Bach. Aunque cayó en desuso después del
siglo XVIII, hay algunos ejemplos de su uso en autores posteriores como Fauré, cuya Siciliana Op. 78 evoca sonoridades
antiguas gracias a su galante melodía. Por su parte, los orígenes del vals son
poco claros. Sus raíces parecen encontrarse en danzas campesinas como la
Drehtanz o el Länder, y su característico ritmo ternario aparece ya en el
“Allegro” de la Sonata 1032 de Bach. El Länder, a finales del siglo
XVIII se hizo popular, y fueron muchos los compositores que, como Schubert en
una fecha ya tardía (1823), se acercaron a él y, del mismo modo, Brahms
introduciría temas derivados del Länder. A pesar del rechazo inicial y de las
críticas de autores como Lord Byron, el vals había comenzado a expandirse por
toda Europa desde el último tercio del siglo XVIII, reemplazando a otras formas
de danza como el minueto. La enorme difusión del vals en la Europa decimonónica
hizo innumerables las piezas de salón basadas en su ritmo, como sucede en las
obras de Benjamin Godard y Joachim Andersen. Sin embargo, su hegemonía comenzó
a desmoronarse a finales del siglo. La Sonata póstuma para violín y piano de
Ravel, presenta un ondulante ritmo
ternario que evoca, a la vez que deconstruye, el vals. Pero será la invasión
del “vals lento” en la Francia finisecular lo que llevaría a Debussy a componer
La plus que lente, una parodia del género que descompone el
característico ritmo ternario mediante la utilización de un tempo flexible, muy
libre.
Jacques
Zoon estudió en el Conservatorio Sweelinck de Ámsterdam. Es profesor
del Conservatorio de Ginebra y de la
Escuela Superior de Música Reina Sofía. Cameron Roberts estudió música en Melbourne
(Australia), y posteriormente
en Inglaterra, Rusia y Estados Unidos.
Entre 2009 y 2012
ha sido profesor en la Escuela Superior de
Música Reina Sofía.
Boletín electrónico de música: todos los conciertos del
mes.
Suscripción en: www.march.es/musica/boletin
Vídeos de conciertos celebrados en la Fundación Juan
March:
Nueva sección “Más sobre música”
con partituras, conferencias sobre música,
programas de mano, archivo de música española
y ensayos sobre música.
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