Julia
Sáez-Angulo
Belén Estaban (1973) es
un fenómeno sociológico a la par que mediático. Pertenece a ese tipo de
personas que hacen de sí mismas un personaje que salta a través del famoseo a
la cultura mediática y así se crea su propia imagen, su propio trabajo y su
propia dependencia del personaje.
Junto al personaje similar, Boris Izaguirre, ha dictado sus
memorias donde cuenta sus episodios biográficos, desde la infancia en San Blas
a toda su movida televisiva, pasando por su unión al torero Jesulín de Ubrique,
quicio en el que se apoya su catapulta, su maternidad, segundo matrimonio,
abandono, salud, retirada provisional de la TV y más cosas.
Sus memorias se titulan Ambiciones
y Reflexiones, en un juego y guiño al nombre de la finca de Jesulín, donde
tantas veces estuvo, solar de familia y personajes del papel cuché. El libro,
redactado por Boriz Izaguirre a base de encuentros, durante los siete meses que
Belén Esteban se puso a descansar de la televisión, ha sido publicado por la
editorial Espasa.
Un prólogo de Boris Izaguirre centra las memorias de Belén y
su gestación. “Este libro empezó en el momento en que Belén Esteban me esclareció
cómo fue su último día en Ambiciones, la finca propiedad de Jesulín de Ubrique,
padre de Andrea, su única hija, de donde la echaron”.
El libro lleva una serie de fotos en blanco y negro o color
que animan las 308 páginas. Los diferentes capítulos que aborda llevan por
título: Un poquito de confianza; Una
chica de barrio; La diabetes; De niña a mujer; Benidorm, verano del 95; Un mundo
nuevo; Falcon Crest, pero con toros; Sin mirar artrás; “Mamá, quiero que bajes
con el visón al superpercado”; Batallas televisadas; Fiestas, fiestones y
resacones; Novietes de transición; Fran; El mejor padre del mundo; “Ni que yo
fuera Bin Laden”; Año nuevo, rostro nuevo”; La princesa del pueblo; Cuernos y
mentiras; Adicta a la vida; Mi Andrea; Mi madre; Ambiciones y Reflexiones;
Gracias a la vida.
En los agradecimientos,
Belén, como una floklórica, se dirige “a mis seguidores, mi público, mi
audiencia, los verdaderos incondicionales que no me habéis fallado nunca”.
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