El pintor en su estudio
M. DOLORES GALLARDO LÓPEZ
Con gran éxito de crítica y público concluye hoy la última exposición de este magnífico pintor aragonés. He tenido lugar en el emblemático marco de la Lonja de Zaragoza, ciudad donde vive la pareja de artistas formada por Eduardo Laborda y su esposa, la pintora Iris Lázaro.
La exposición ha sido
una magnífica muestra retrospectiva, con obras que van que desde sus inicios en 1972 hasta el año actual 2013. Este resumen de cuarenta años de trabajo, el pintor, con un gesto entrañable, lo ha dedicado a
Victorina de Trasobares, su madre.
Pocas cosas se pueden
decir a día de hoy de Eduardo Laborda que
no se hayan dicho ya. En todo caso
remito al lector de este post a los textos magnífico catálogo de la Exposición.
Los textos, debidos a Rafael Ordoñez Fernández, Julia Saéz
Angulo y María Luisa Grau Tello, analizan en profundidad los diferentes aspectos del arte del pintor. También hay que destacar en el Catálogo la profunda entrevista realizada por
Antón Castro donde se hace un repaso a la vida de E. Laborda y a las circunstancias que, en
cada momento, han motivados las
elecciones que ha ido realizando y que han marcado su
trayectoria artística e investigadora.
La exposición el pintor, en sus propias palabras, la entiende “como metáfora de la llegada a una
meta”, tras un largo recorrido de cuarenta años de trabajo. Es de esperar que,
frente a lo que el mismo Eduardo dice, ésta
no sea su última exposición antológica.
Finalmente no se puede hablar actualmente de E. Laborda sin destacar la importante labor que ha realizado y sigue realizando como apasionado investigador y recolector del arte aragonés en general y zaragozano
en particular.
Ese afán cristalizó para
el gran público en sus libros Zaragoza,
la ciudad sumergida, aparecido en el año 2008 y posteriormente Bayo
Marín. Entre luces y sombras, Instituto de Estudios Turolenses, 2010.
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