Julia Sáez-Angulo
26.01.14 .- MADRID .- Florbela
Espanca es la figura femenina más representativa de la poesía portuguesa. La
lusista española María Tecla Portela Carreiro ha traducido al castellano el
poemario María de las Quimeras, en un
libro publicado por la editorial Torremozas, especializada en textos literarios
de mujeres autoras.
El libro, en edición
bilingüe, comprende una primera parte con fragmentos de los diarios de la poeta
portuguesa, comentados o explicados por Portela y una segunda, con los poemas. El ministerio
de Educación, Cultura y Deporte ha contribuido con una ayuda a la edición del
volumen, que ilustra la fisonomía de la poeta con una bella fotografía en
blanco y negro.
No es
la primera vez que Tecla Portela aborda la figura literaria de Florbela Espanca
(Villa Viçosa, Portugal, 1894 . Matosinhos, 1930) sobre la que ha dado incluso conferencias
y algunos recitales poéticos. La lírica de esta autora es fundamentalmente
amorosa, sentimiento al que consagró su energía y fuente inspiración. Su
dominio poético se manifiesta en su singularidad para las imágenes y metáforas
que hacen de su escritura un aporte brillante a la literatura.
Portela
comenta su biografía, para centrar al lector en la imbricación de la vida y
obra poética de Espanca.
Mi pena es un convento fantasmal. / Tiene
claustro, y sombras, y arquerías/ donde la piedra en lápidas sombrías/ es un
puro primero escultural, dice el primer cuarteto de un soneto que continua:
Las campanas redoblan agonías… / envueltas
en un vértigo fatal… / y es todo un largo canto funeral / al batir de las horas
y los días.
Los tercetos concluyen de esta manera:
Un convento es mi pena. Tengo lirios / de un
color macerado de martirios / tan bellos que nunca nadie vio. / En el triste
convento donde moro / noches y días rezo, grito y lloro / y nadie me oye… ni
jamás me oyó…
Florbela Espanca se suicidó ingiriendo dos tubos de barbitúricos. Su
sensibilidad quizás excesiva hasta la hiperestesia le llevó sin duda a esa
decisión fatal el mismo día de su 36 cumpleaños. “Cinco días antes de su muerte había escrito
la última línea: Y que no haya gestos
nuevos ni palabras nuevas”, nos recuerda su biógrafa Tecla Portela.
La
poeta portuguesa escribió cuatro libros: Livro
de Mágoas, Soror Saudade, Charneca en flor y Reliquiae
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