• Pasará a formar parte de una red abierta e interconectada con el objetivo de difundir sus contenidos, fomentando la investigación, el debate y la accesibilidad.
El pleno del Real Patronato del Museo Reina
Sofía celebrado hoy ha valorado positivamente el
inicio de los trámites que permitirán que el Archivo
de José María Lafuente pase a formar parte de
los fondos del Museo Reina Sofía por un periodo
de diez años, prorrogable. Esta importante
incorporación de alrededor de 120.000
documentos supone un acervo que complementa
el que ya posee el Museo y lo amplía a otras
áreas que son estratégicas para el mismo,
especialmente en lo que se refiere a
Latinoamérica. Asimismo permite continuar con la
política ya iniciada hace años por esta institución
que facilita poder trabajar con otros archivos
(Juan Carlos Romero -Argentina-, Clemente
Padín –Uruguay-, Mariotti –Perú-…)
El archivo Lafuente se compone de colecciones y
fondos documentales sobre arte moderno y
contemporáneo: dibujos, libros, revistas,
catálogos, manifiestos, panfletos, publicaciones
efímeras, grabados, cartas, tarjetas, manuscritos,
objetos, fotografías, imágenes y proyectos. Dos
bloques configuran el depósito: uno está dedicado
a las vanguardias históricas, con una importante colección
de documentación de arte
de vanguardia europeo y español y una colección valiosísima
de libros internacionales
de arte tipográfico. Otro, centra su atención en las
prácticas artísticas contemporáneas
La cesión del archivo es producto del trabajo que desde hace
más de un año se ha desarrollado desde la Secretaría de Estado de Cultura y la
dirección del Museo Reina Sofía con José María Lafuente, a partir del deseo
manifestado por el propio coleccionista de que su archivo permaneciera accesible al
público en Santander.
En esta negociación ha sido imprescindible la participación del
Gobierno de Cantabria ue, de la mano de su Presidente, Ignacio Diego, asumió el
compromiso de destinar un edificio y recursos suficientes para albergar el Archivo.
Llegado el momento de unir esfuerzos, el Archivo Lafuente
hace depositario al Museo Reina Sofía de las obras, contribuyendo también con la
dotación del equipo humano necesario. El Gobierno de Cantabria, por su parte, aportará
el edificio para albergarlo –el Banco de España en Santander- y su acondicionamiento y
mantenimiento. El Museo Reina Sofía, en diálogo con el Archivo Lafuente, asumirá la
dirección técnica y de contenidos para, de esta forma, garantizar su preservación,
difusión e investigación presente y futura. Al tratarse de un archivo activo, el
edificio dispondrá de un espacio expositivo destinado a muestras temporales impulsadas por el
Museo.
La incorporación de estos fondos convierte al Reina Sofía en
un centro de referencia a nivel nacional e internacional, ya que pone a disposición de
la sociedad un conjunto de documentos de incalculable valor, permitiendo además
impulsar el trabajo en red con otras instituciones, especialmente españolas y
latinoamericanas.
En las últimas décadas las principales instituciones
museísticas del mundo han
dedicado importantes recursos para adquirir y custodiar los
documentos que contienen
la memoria de las prácticas artísticas de vanguardia y
contemporáneas. Entre las
misiones prioritarias del Reina Sofía figura también la de
generar un corpus
bibliográfico-documental del arte del siglo XX y XXI,
español y latinoamericano. El
fondo que José María Lafuente ha reunido en la última década
se identifica en gran
medida con los ejes principales de desarrollo de la
colección del Centro de
Documentación del Museo. E
los fondos de revistas del dadaismo y surrealismo
europeo: Cabaret Voltaire, Dada, Cannibale, La Revolution
Surréaliste,
Minotaure, entre muchas otras, así como importantes
conjuntos de impresos
del futurismo, constructuvismo y la Bauhaus, muy poco
representados en
colecciones privadas y públicas españolas. La colección de
tipografía es
fundamental para el Museo ya que en sus fondos su presencia
es mínima.
España: contiene el archivo más representativo de la poesía
experimental
española desde los años 60, destacando los fondos de los
archivos de
Fernando Millán, José Luis Castillejo, entre otros, así como
obras de más de
70 artistas del periodo entre los que figuran Elena Asíns,
Felipe Boso, Isidoro
Valcárcel y Eduardo Scala. Este acervo amplía
exponencialmente el valor
de las colecciones de poesía experimental del Museo.
Prácticas artísticas a partir de 1960
Latinoamérica: en los últimos años, el archivo Lafuente ha
tenido como uno de
sus objetivos principales la documentación referente a las
vanguardias
latinoamericanas desde los años 60, convirtiéndose en uno de
los acervos
privados más importantes en la materia. Sus ejes son, por un
lado, las
prácticas experimentales argentinas, chilenas, brasileñas,
uruguayas,
venezolanas y mexicanas, entre otras, así como las redes de
arte correo y
publicaciones experimentales que proliferaron en
Latinoamérica en el periodo,
Contenido del archivo
Vanguardias históricas
España: Hay dos focos principales de atención; por un lado,
un importante
corpus de documentación sobre vanguardias españolas de antes
y después de
la guerra, en el que hay que mencionar los importantes
archivos
Westerdahl/Domínguez, Eugenio Granell, Escuela de Altamira y
Dau al
Set. Por otro, colecciones completas de revistas de
vanguardia en óptimo
estado de conservación. Además, destacan los fondos
relativos a la Guerra
Civil española y el exilio, que incluyen importantes
monografías, las revistas,
folletos y carteles españoles y extranjeros que plasmaron
gráficamente la
contienda.
:
Latinoamérica: Es importante subrayar la amplitud geográfica
que abarca:
Brasil, Chile, Perú, Argentina, Uruguay y México,
principalmente, así como la
gran variedad de tipos documentales: primeras ediciones,
manuscritos,
correspondencia y revistas completas. Las vanguardias
latinoamericanas
están adquique constituirían una activa escena artística al
margen del circuito oficial.
Destacan los fondos de Edgardo Vigo, Guillermo Deisler,
Clemente Padín,
Felipe Ehrenberg y Ulises Carrión, entre otros, incluyendo
material único de
extraordinario interés como manuscritos y correspondencia.
El Museo ha
intentado en los últimos años coleccionar estos materiales,
pero la actual
situación presupuestaria truncó tempranamente esa
posibilidad.
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