Julia Sáez-Angulo
“Escritura
experimental en España, 1963-1983” es el título de la exposición que tiene
lugar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid hasta el 11 de enero de 2015. La
muestra, que ha sido comisariada por Javier Maderuelo, se ha llevado a cabo con
los Archivos Lafuente. Un buen catálogo de 358 páginas, con ensayos
correspondientes e ilustraciones dan fe de un movimiento creativo muy singular
y poco estudiado.
Los 23 artistas
presentes en ela exposición son: Jorge Oteiza, José Antonio Sistiaga, Javier
Aguirre, Juan Eduardo Cirlot, Joan Brossa, Josep María Mestres Quadreny, Julio
Campañ, Fernando Millán, Ignacio Gómez de Liaño, Manolo Quejido, Hermino
Molero, Alain Arias-Mision, Elena Asíns, Zaj, José Luis Castillejo, Esther
Ferrer, Francisco Pino, Felipe Boso, Guillen Viladot, José-Miguel Ullán,
Isidoro Valcárcel Medina, Concha Jerez y Eduardo Scala.
Son todos los que están,
pero no están todos los que son. Hay que decir que el denominado “arte
experimental”, más adelante conceptual,
ha tenido en España una presencia interesante de nombres, muchos de los cuales
derivaron más adelante con otros lenguajes plásticos. Entre las ausencias que se
echan de menos están los nombres de Julio Plaza, Soledad Sevilla y Lugán. Dicho
esto, la exposición es una de las más interesantes que se han podido ver en
este campo y de la mano de un comisario, que también practica con interés
notable, el arte experimental.
Escritores, poetas, músicos,
cineastas y artistas quisieron hacer un arte experimental en los años 60 y 70,
una vez aue la sociedad española había asumido el informalismo y la
abstracción. Letras, palabras y textos eran sus vehículos de creación. La nueva
música, la poesía concreta o el cine experimental se unían a esta corriente en
un todo que dio lugar a obras con un lenguaje singular y novedoso. Todos ellos
iban en paralelo a los poetas letritas de otros países como Francia, Brasil o
el grupo Fluxus.
El Archivo Lafuente, propiedad del empresario coleccionista José María Lafuente, situado
en Cantabria, con tres mil obras de arte y unos ciento cuarenta mil documentos,
cuenta con fondos interesantes en el arte experimental, si bien el comisario ha
recurrido a préstamos puntuales de la Biblioteca Nacional de España, Museo
Reina Sofía, Museo Jorge Oteiza o Fundación Viladot.
La exposición es un recreo
visual de la creatividad a base de letras, collages, celuloide de cine y otros
materiales que ponen de relieve la imaginación y posibilidades de un lenguaje
especial y novedoso, que todavía continúa en el panorama artístico. Una escritura caligramática interesante en
muchos casos de gran sugerencia plástica. Un arte que ha dado lugar a libros
muy sugerentes y particulares como los de Cirlot
Campal trajo la vanguardia
en este campo de Argentina. La poesía se da cita o alterna en esta escritura
artística novedosa. Los happenings en la calle se suceden en paralelo a su
creación, dando lugar al asombro. Se habla de “Palabras frágiles” o “silencio
difícilmente audible”; Gómez de Liaño crea la denominada “Cooperativa de
Producciones Artísticas”; Fernando Millán dio fama al grupo NO, Aberastury está
cerca; la correspondencia entre los poetas visuales es un hecho; se producen
los fotocollages y hacen fotografías para poemas; Esther Ferrer hace el libro
de los números primos; Zaj saca cinco libros; se lleva a cabo la Antología de
Felipe Boso en Alemania, que se publicará años más tarde; Francisco Pino se
encierra en su casa y publica un libro por año de tan solo 150 ejemplares no
venales, regalo a sus amigos; se utiliza la fotocopiadora con profusión como
forma de escritura; aparecen los libros transparentes; el diplomático
Castillejo lleva a cabo una obra constante y casi secreta, que hoy figura en la
Biblioteca Nacional; el se consideraba un escritor más que artista plástico...
“Mi patria es la palabra”, decía Felipe Boso,
que conocía bien la vanguardia alemana. Quiso publicar con Seix Barral, pero el
célebre editor Carlos Barral le fue dando largas y no se llevó a cabo. Isidoro Valcarcel transcribe una partida de
ajedrez a papel pautado…
La creatividad y la
imaginación se dan cita con audacia en esta exposición de escritura
experimental que al mismo tiempo es un arte plástico. Lástima que Javier Maderuelo no haya contratado sus trabajos con lo expuesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario