Julia Sáez-Angulo
José
María Parreño es el autor del poemario Pornografía
para insectos o más bien El
desvividor –según se dice al final del libro-, publicado por la editorial
por Pre-Textos. El libro consta de cuatro partes, además de un prólogo y un
poema previo titulado “Hay orquídeas que se hacen pasar”.
Profesor
de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense, Madrid, José
María Parreño (Madrid, 1958) ejerce como crítico de arte y comisario
independiente. Su primer libro de poemas Instrucciones
para blindar un corazón, lo publicó en 1981 y obtuvo el Accesit del premio
Adonais.
Otros
libros de Parreño son: Libro de las
sombras (1987), Las reglas del juego (1990)
y Fe de erratas, que agrupaba los
libros anteriores. También cultiva la narrativa en títulos premiados como Las guerra civiles, Viajes de un antipático o
Llanto bailable.
“Este
no es el libro que yo quería escribir”, dice el comienzo del prólogo del autor.
“Aquel estaba dedicado a los apuros del lenguaje en su trato don la paradógica
realidad. Se titulaba Pornografía para
insectos.
Le
dediqué años, pera cada día y cada noche fracasaba en mi empeño. Mientras, como
en su reverso, iba escribiendo otra cosa: este libro de ahora, tan obstinado en
ver la luz que más que rebelárseme, se me reveló. Sus páginas están redactadas
a escondidas de mí mismo. Es la autobiografía de un yo al que antes no había
tenido acceso”.
Uno de
sus poemas:
Con clavos de herrar caballos de carreras/con la
cuchilla de un último afeitado de un suicida/ con agujas de relojes que el
recuerdo ha parado/fundidas,/ batidas/ al fuego/de frotar/paciencia con
amor/secos como flautas/ hago de cuchillo/ para que/ una parte de mi/ mate a la
otra.
“Ahora
debo explicar que tan constante como mis ganas de fumar o de mirar a las
chicas, ha sido siempre la certeza (sin una sola prueba) de que existe una
realidad distinta a esta”, continúa Parreño en el prólogo. “Lo Otro, lo
sagrado, el Todo, el Tao, Dios, la Vacuidad, la Vía y muchos otros nombres
locales o de época aluden a lo mismo”.
Otro fragmento de poema: En
la noche rosada/ de su vientre/ modelada a latidos/sobre un yunque de vello./
Bajo constelaciones de lunares/ y el ramaje estival de sus manos,/ nadas tú en
agua via,/ viva en tu nada.
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