Julia Sáez-Angulo
Premio
Nobel 1944, Kenzaburo Oé se ha convertido un el gran referente de la narrativa
de su país, así como de todo el mundo, por ser creador de un universo propio,
donde refleja la vida a partir de un alter ego, Kogito Choco en el caso de la
novela Muerte por agua, que ha
publicado la editorial Seix Barral.
La traducción del japonés ha sido hecha por Terao Ryukiki, con la colaboración de Ednodio Quintero.
La
obsesión del protagonista por la muerte en el río de su padre y el deseo de
desvelar el misterio que esconde esa vida –como la de todos-, lleva a Kogito
Choco (Ose, Japón, 1935) a regresar a su tierra natal y leer la correspondencia
de su progenitor que le entrega su hermana en un baúl rojo.
El libro
se abre con una cita de T.S. Elliot: “Una corriente bajo el mar/ recogió sus
huesos en susurros. A medida que subía y bajaba,/ atravesaba las etapas de su
edad tardía y su juventud,/ engullido por el remolino”.
Entre
las obras más destacadas de Kenzaburo Oé se encuentran: Arrancad las semillas, fusilad a los niños; La presa; Una cuestión
personal; ¡Despertad, Oh jóvenes de la nueva era!; Historia de las maravillas
del bosque; Salto mortal; Renacimiento; ¡Adiós, libros míos!, o El chico de la
cara melancólica.
La escritura de Kenzaburo Oé
es una de las más bellas de la literatura en estos momentos. Se la ha comparado
con la de Dostoievsi y Henri Miller. Sabe contar vidas, describir sentimientos,
estados de ánimo, situaciones soterradas… Alta literatura en suma, por un gran
conocedor de la condición humana.
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