Julia Sáez-Angulo
03.01.15.- Madrid.- La
crítico de arte y experta en arte sacro Elisa Sáez de Slöcker del Voluntariado Cultural Ánima Artis de la
iglesia de San Ginés de Madrid, ha hecho un recorrido explicado de belenes a un
nutrido grupo de personas, en
instituciones e iglesias de la capital de España. Se comenzó por el belén
conmemorativo de Toledo en tiempos de El Greco, en la sede de la Comunidad de
Madrid en plena Puerta del Sol, y se culminó en el belén barroco de la citada
iglesia de San Ginés.
Madrid
es ciudad rica en belenes durante el tiempo de Navidad, con ejemplares tan
relevantes como el belén del Príncipe en Palacio Real o el belén napolitano de
la duquesa de Cardona en la alcaldía de Madrid junto a la plaza de Cibeles.
Sáez de
Slöcker explicó los quince pasajes bíblicos que puede acoger un belén, que van
desde la Anunciación a María hasta la huida a Egipto, pasando por la matanza de
los inocentes. No todos los belenes acogen estas escenas, pues depende de las
tradiciones de cada lugar, así como del espacio. Los pasajes de la petición de
albergue en la posada por María y José, así como la dramática matanza de los
inocentes, son típicamente españoles.
La
conferenciante explicó la diferencia y convivencia de belenes cultos y populares,
así como los anacronismos en la vestimenta de las figuras. Señaló que los belenes
ya se representaban desde el siglo IV, como lo puso de manifiesto el concilio
de Éfeso y que en la liturgia de la Navidad la Iglesia reza en presente: “Hoy nos ha nacido un Niño,
el Mesías, el Señor”. Los franciscanos en el siglo XIII dieron gran difusión a
la creación de belenes en toda Europa.
La
Asociación de Belenistas de Madrid ha sido la artífice del soberbio belén que
recrea la ciudad imperial de Toledo con sus tres puertas para cristianos,
islámicos y judíos. Se trata de una recreación de la ciudad del Tajo con motivo
del año de El Greco, que ha tenido lugar en 2014. El río y el alcázar
carolingio están presentes en la instalación de las escenas bíblicas sobre el
nacimiento de Jesús. Dos grandes banderolas con la reproducción de La Anunciación y La Natividad de Cristo, recuerdan el trabajo pictórico del artista
cretense.
Belén de las Monjas Carboneras. Madrid
Belén de Mayo con anacronismo
La
basílica de San Miguel fue otro punto del recorrido: un belén de J. L. Mayo Lebrija, con arquitectura palestina, río de agua y presencia en una esquina de
la figura de san Josemaría Escrivá, fervoroso predicador de la tradición del
belén a los jóvenes. Una ucronía que va bien a los belenes populares. El santo
era devoto del Niño Jesús de las monjas agustinas de la calle Santa Isabel en
Madrid, donde decía misa. Un Niño al que hoy se le denomina “el Niño de san
Josemaría”.
Las
monjas carboneras, cercanas a la basílica ofrecen un singular belén quiteño barroco
de los siglos XVI-XVII, con la singularidad de la presencia del caballero de la
Estrella que anuncia la llegada a Belén de la Navidad y el caballero de la
trompeta que anuncia el Mesías. Ambas figuras se han ido perdiendo en la
presencia belenística española. También destaca la presencia de granadas,
símbolo del paraíso y por tanto de resurrección, según la tradición conventual.
La
conferenciante explicó el simbolismo de todo el lenguaje belenístico, así como
la presencia del cometa que se incorporó a la representación de la estrella de
belén, a partir de la aparición del cometa Halley a principios del XVIII.
La catedral de la Almudena
ofrece tres belenes: uno de gran tamaño en la entrada exterior, con el misterio
de las tres figuras de la Navidad y la Epifanía de los Reyes Magos. El segundo,
otro misterio de Jesús, María y José en el portal, al pie del altar mayor, como
sugirió el papa Benedicto XVI. Y el tercero, en un espacio lateral privado, a
modo de diorama lumínico y con voz en off, que va narrando la historia del
nacimiento de Cristo.
El recorrido terminó en la
iglesia de San Ginés (lamentablemente la iglesia de san Nicolás de los Servitas estaba cerrada), que ha entronizado una imagen del Niño Jesús en el retablo
de la capilla del Bautismo y el belén barroco, supuestamente del XVII, frente
al altar de la Virgen de Valvanera. Las figuras, que tienen la altura de casi
un metro -la mitad del tamaño natural, denominadas academias- son de madera policromada y vestideras con textiles.
San Ginés cuenta con un
cuadro de El Greco, La expulsión de los
mercaderes del templo, que actualmente se encuentra en el Centro Cultural
de la Villa de Madrid en una exposición temporal titulada “A su imagen”, la
imagen del hombre como Dios, señalada en el Génesis.
La que esto suscribe acudió
al teatro de la Abadía y en el jardín, un simpático Nacimiento iluminado, que ambienta
la entrada del antiguo recinto sacro.
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