Julia
Sáez-Angulo
Desde
que ganara el Premio de Poesía Fundación Loewe en 2008, Vicente Valero no ha
dejado de recibir reconocimiento y elogios. Ahora ha publicado su poemario Canción del distraído, publicado por la
editorial Vaso Roto, un volumen lleno de profundidad metafísica y vida.
Autor de
seis libros, Vicente Valero (Ibiza, 1963) es autor de los títulos: Jardín de la noche; Herencia y Fábula;
Teoría solar; Vigila en Cabo Sur; Libro de los trazados, y Días
del Bosque, todos ellos entre los años 1987 y 2008.
“No es
el silencio aún (me dije) sino el espejo roto en mil pedazos del silencio, y en
él se miran, exhaustos, los pájaros del norte”, escribe Valero en el libro Canción del distraído. “En mi cansancio
estaba mi principio. Ojos llenos de cal, de polen seco. Ahora mis pasos son los
pasos de la sed, quemados por el sol continuamente, y el humo de mis huellas
puede oírse”.
Para Octavio
Paz, la poesía de Vicente Valero “es una de la obras más intensas, lúcidas y coherentes
de la poesía en lengua española. Bebiendo tanto en el último Juan Ramón Jiménez
como en los grandes maestros de la lírica griega moderna (Elytis y Seferis,
principalmente), esta escritura es una indagación obsesiva en el paisaje y la
atmósfera del Mediterráneo…”.
Au réveil, il était midi. Con esta cita de A. Rimbaud, se abre el libro de
Vicente Valero.
Vicente Valero
“Por ser
tibio fui vomitado de su boca una y otra vez. Hubo después un silencio de hojas
caídas, sobre caminos olvidados”, escribe Valero y añade: “En el interior de cada palabra se despertaba
un vacío sin límites, crecía la flor ajada de un desierto desconocido”.
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