Julia Sáez-Angulo
Es nieto
de asturiano Emeterio que emigró el siglo pasado y se hizo mexicano en el barrio de La
Merced, una historia que ahora cuenta en una hermosa novela. Gonzalo Celorio ha
escrito en El metal y la escoria la
bellísima historia de su familia que llegó de España para hacer las Américas.
El libro ha sido publicado por la editorial Tusquets.
Gonzalo
Celorio (México, 1948) estudió Lengua y Literatura española en la Universidad
Nacional Autónoma de México, donde imparte cátedra de literatura iberoamericana
desde 1974. Es miembro de número de la
Academia Mexicana, correspondiente de la española. Su obra, más de doce libros,
ha sido traducida a diferentes lenguas.
Si
perder la narratividad magistral, El
metal y la escoria es un excelente documental, en su exponente, de la
emigración asturiana a América, principalmente a Cuba y México. Una novela de
saga familiar que engarza España con el país azteca, así como el proceso de
asimilación de los emigrantes.
Todo
comienza en 1884, cuando el joven asturiano Emeterio Celorio se despide de sus
padres, en una contenida y emociante escena para nunca más volver. Hizo
fortuna, pero no regresó como un indiano a mostrar su riqueza -sus padres ya habían muerto-, se hizo al México
que le recibió y le permitió una vida de trabajo, quehacer y patrimonio, dos
esposas y una descendencia generosa no siempre ejemplar en lo que a
laboriosidad se refiere, pero con un nieto que ha sabido rescatarlo de la
cárcel del olvido.
Gonzalo Celorio
El
escritor Gonzalo Celorio, el nieto menor de una camada de doce hermanos, un
nieto que llegó a académico de la Lengua Española, se cuestiona su identidad del pasado e
investiga para dar forma certera y literaria a su apenas mencionado abuelo
Emeterio y su emporio de establecimientos de bebidas alcohólicas, a su padre,
Miguel, casi un abuelo, al ser el escritor el más pequeño de sus hijos y que él
recuerda de espaldas, ya mayor en el escritorio cara a la pared y bastante
sordo.
Ambientes,
personajes, vivencias, peripecias, múltiples hermanos y dos casas… dan para
mucho, para poder lucir la gran documentación que Gonzalo Celorio maneja con
maestría.
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