26.06.15.- Madrid.- Alberto Campo Baeza nació en
Valladolid y vió la luz en Cádiz. Sus obras van desde casas pequeñas como la
Casa Turégano, la Casa Gaspar o la Casa de Blas hasta obras mayores como Caja
Granada o el Consejo Consultivo de Zamora.
Su trabajo ha sido expuesto
en el Crown Hall de Chicago o en la Basílica de Palladio o en el Tempietto de S.
Pietro in Montorio o en el MAXXI en Roma, o en la American Academy of Arts and
Letters en Nueva York.
Es Catedrático de Proyectos en Madrid desde 1986 y ha
sido profesor en la ETH de Zurich, la EPFL de Laussanne, Penn University en
Philadelphia, y en la CUA de Washington. Y en muchas otras universidades del
mundo. Y es Académico de número en la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando de España.
Ha recibido la Tessenow Gold
Medal de los arquitectos alemanes en Hamburgo, el Arnold W. Brunner Memorial
Prize de los arquitectos americanos en Nueva York y el International Award
Architecture in Stone de los italianos en Verona. Ha sido nombrado Fellowship
del RIBA de Londres.
En su biblioteca hay más
libros de Poesía que de Arquitectura. No tiene coche, ni televisión, ni móvil,
ni reloj. Y confiesa que es feliz.
1.
¿Cuál es el
panorama estético y económico social de
la Arquitectura hoy en el Mundo?
En lo económico, cada vez hay
más gente con más dinero a la par que hay mucha más gente con mucho menos
dinero. Pues en Arquitectura pasa lo mismo. Hay arquitecturas buenas que son
muy buenas, y a la vez hay muchas arquitecturas malas que son muy malas. Esta
sociedad es profundamente inculta en lo que a Arquitectura se refiere. Uno se
defiende dando liebre por gato, porque siguen sin entender nada.
2.
¿Y en España?
Tres cuartos de lo mismo.
Aunque haya, lo hay, un nutrido grupo de arquitectos jóvenes estupendos que
están haciendo una arquitectura enormemente interesante. También aquí, en
España, las arquitecturas buenas son especialmente buenas. Y así se reconoce en
todo el mundo.
3.
¿En qué medida
los grandes nombres de arquitectos de un país son cabeza de fila?
En ninguna. Recuerdo haber comprado el primer día del
año un periódico económico que anunciaba en portada: Los cien españoles más influyentes. No había ni un arquitecto. Ni
uno.
4.
¿Va cediendo la
idea del arquitecto estrella en favor de la Arquitectura de función?
Ni hablar. Esta sociedad es profundamente ignorante y
sólo entiende de lo que hacen los que tú llamas arquitectos estrella, que
suelen ser cosas tremendas. Todas las ciudades quieren tener un edificio
firmado por un arquitecto estrella. Y cuanto más estrambótico sea el nuevo
edificio, más contentos se ponen. Allá van todos a adorarlo como si de templos
de una nueva religión se tratara.
5.
¿Madrid sigue
ofreciendo una buena Escuela de Arquitectura en la Universidad? ¿Cómo ve las
otras Escuelas en el país?
La Escuela de Arquitectura de la Universidad
Politécnica de Madrid pasa por ser la mejor del mundo. Así lo afirma por
ejemplo Kenneth Frampton, el más prestigioso profesor de Columbia University en
Nueva York. Me siento orgulloso de estar en esta Escuela que es pública. Ahora
hay demasiadas Escuelas de Arquitectura. Entre públicas y privadas no hay ciudad
ni pueblo que se prive de tener una. Creo que es un error garrafal que no tiene
fácil solución.
6.
¿Qué balance
haría hoy de su propio trabajo?
No puedo más que dar gracias por el reconocimiento que
tengo, por encima de mis méritos. Reconocimiento que es mayor en el extranjero
que en mi propio país. He hecho siempre lo que he querido, con la mayor
libertad. Y aunque el precio pagado ha sido alto, al final merece la pena. La
libertad no se paga con nada.
7.
¿Qué maestros le
enseñaron más y por qué?
Alejandro de la Sota fue el primero y es quizás el que
más me ha influido como arquitecto. Oiza, Carvajal y Cano Lasso me ayudaron
todos ellos con una generosidad extrema que nunca les agradeceré
suficientemente.
8.
¿En qué medida
disfruta o resta la docencia a un arquitecto como usted?
La docencia es un regalo. No me
imagino mi vida sin la docencia. No entiendo que pueda haber alguien en la
docencia que no disfrute. Cada día, ayudado por mis seis profesores, me debo
enfrentar a 150 alumnos. Y puedo asegurarle que lo pasamos francamente bien y
creo que los alumnos también y además aprenden mucho. Por lo menos así me lo
dicen siempre pasado un tiempo. Y si mis profesores son lo mejor de lo mejor,
también mis alumnos lo son.
He repetido muchas veces que se aprende más que se
enseña. Y que enseñar para un arquitecto es como afilar el bisturí para un
cirujano.
9.
Todos queremos en
España que usted gane el concurso para hacer el nuevo Museo del Louvre ¿Qué les
ha ofrecido usted para haber quedado finalista?
Muchísimas gracias por tu
comentario. Lo que les ofrezco es lo que le dije al tribunal ante el que
estuvimos en Lille la semana pasada y les repetiré esta semana en París: les
ofrezco un proyecto que va de la mano de la sobriedad y de la belleza. Un
proyecto muy riguroso y muy preciso y muy sobrio.
Es como un gran barco varado en hormigón negro. El
lema con el que concurrimos era Le bateau
îvre , haciendo un guiño a Rimbaud. Y si ganamos me voy a dejar la vida en
ello. Si para otros arquitectos éste es un proyecto más, para mí es el proyecto
de mi vida. ¡Hacer el Louvre! Nada más y nada menos. Y espero ganarlo.
El Panteón de Roma
10.
¿Qué arquitectura
del pasado y del presente le sigue admirando?
Siempre el Panteón de Roma
11.
Su discurso en la
Academia sobre la belleza fue impactante. ¿Vivimos en la belleza?
Claro que vivimos en la belleza. La belleza lo abraza
todo, anotaba el Greco sobre las páginas del Vitrubio que presidía su
biblioteca. La belleza es necesaria para todo ser humano. Léete los textos que
sobre la belleza escribe San Agustín, son definitivos.
12.
¿Qué libro de
divulgación universitaria de la Arquitectura recomendaría?
No me queda más remedio que hablar, como lo hacía
Umbral, de mi libro que con el título de La
Idea Construida va ya por más de 30 ediciones en español y se ha editado en
inglés, en francés, en italiano, en portugués y en japonés. Y esta semana ha
aparecido la edición en chino.
13.
¿Qué libro está
leyendo usted ahora?
La Odisea de Homero en la
versión de Carlos García Gual en una preciosa edición de Alianza que ha hecho
Manuel Estrada con Roberto Turégano y Lynda Bozarth.
Volver a leer la Odisea está siendo una ocasión de enorme
disfrute. El otro día no pude contener mis lágrimas cuando leía el capítulo
VIII: Y Odiseo tomando con sus robustas
manos su gran manto purpúreo lo alzó sobre su cabeza y se cubrió sus hermosas
facciones. Porque se avergonzaba de derramar sus lágrimas desde sus cejas.
14.¿En qué
películas le ha llamado la atención la Arquitectura?
En Le Mépris
de Jean-Luc Godard donde la protagonista es la casa Malaparte en Capri del
arquitecto italiano Adalberto Libera. Las escenas de Brigitte Bardot y Michel
Piccoli sobre la plataforma que navega sobre las aguas del Tirreno en el golfo
de Nápoles son inolvidables. Por los actores y por la Arquitectura.
15.
Además del
proyecto de ampliación del Louvre, ¿qué otros ambiciona?
No lo sé. Insisto en que no puedo más que dar gracias.
Somos afortunados, privilegiados. Frente a tantos y tan grandes problemas que
sufre tanta gente, uno no puede más que dar gracias por poder crear con
libertad.
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