Julia
Sáez-Angulo
La
guerra es siempre fuente de narrativa durante y después de la misma. El silencio del mar y otros relatos es
un libro que se publicó durante la resistencia francesa contra la invasión nazi
y cuenta episodios de la guerra partisana. Siete relatos que cuentan historias
testimoniales –alegóricas más que documentales- de un momento crítico en una
sociedad golpeada por la guerra.
El libro El silencio del mar y otros relatos se
publicó en plena contienda, en 1942 y su autor era un pseudónimo, Vercors,
nombre de un macizo montañoso, que escondía el nombre del pintor Jean Bruller
(Frqncia, 1902 – 1991), quien aparcó temporalmente el pincel por la pluma. Los tiempos
lo requerían así.
El libro
ha sido publicado por la editorial Cátedra en la colección Libros Universales,
en edición de Santiago S. Santerbras y con la traducción del mismo. En portada,
una foto de la calle Rivoli de París con las banderas de la svástica colgando.
“Colaboración
o Resistencia” es un apartado de la introducción escrita en el libro por
Santerbás. Pese que al terminar la guerra, todos los franceses declaraban que
habían sido resistentes durante la contienda de 1939-45, lo cierto es que resistentes
hubo un diez por ciento, otro diez por ciento colaboracionistas y el ochenta
por ciento restantes iban detrás de quien les diera la baguette y el salchichón. La película documental Le chagrain et la pitié, sobre este tema, fue prohibida en la TV de Francia durante más de una década. (Cierto que los franceses estaban altamente traumatizados por la I Guerra Mundial también con los alemanes)
El autor
confiesa su fascinación por el mar y de ahí el título. Vercors escribe: “el mar”,
hogar tranquilo como lo llama Valéry, tan sereno y silencioso como el cielo azul,
no po ello disimula menos la refriega de los animales en las profundidades, que
se desgarran entre sí y se devoran unos a otros. Así bajo el silencio de la
joven y su tío, se encuentra todo el ardor de los sentimientos escondidos, toda
la violencia de un combate espiritual”.
En
Francia hay también los relatos de los llamados malaimés, es decir, los hijos nacidos de francesas forzadas o
violentadas por los alemanes. Estos mal amados formaron una asociación en el país galo.
La guerra é bella ma incomoda, dicen los
italianos.
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