Helena Cosano es escritora, diplomática y traductora literaria. Nació en Nueva Delhi (India) y pasó allí los primeros años de su vida. Su infancia transcurrió a continuación entre Moscú y París, donde se escolarizó en primaria y empezó a escribir cuentos a una temprana edad. Fue laureada por el Gobierno francés con el primer premio de literatura española en el Concours Général des Lycées (1994). En su etapa universitaria, cursó estudios de Filosofía, Psicología, Derecho y Filología Rusa en París, Viena, Madrid y Moscú, así como en la Escuela Nacional de Administración (ENA, Estrasburgo).A finales del año 2004 aprobó los exámenes de ingreso a la Carrera Diplomática y unos meses más tarde publicó su primera novela Tres reencuentros y nueve días de amor teórico (Editorial Dossoles), seguido por un libro de cuentos, Mariposas.Durante unos años compaginó su actividad como escritora con la de diplomática, con destinos como Astana y Ginebra. Sus obras más recientes son Cándida Diplomática (editorial Algaida, 2011), Almas Brujas, (Premio Rubén Darío 2014, editada por Sial-Pigmalión) y El Viento de Viena, publicada en el 2015, que ha sido galardonada con el Premio Internacional de Literatura "Agua y Viento" de Buitrago del Lozoya.
¿Cómo compagina
diplomacia y literatura?
No
son incompatibles. De hecho, muchos diplomáticos escriben, y
varios de los más grandes escritores de todos los tiempos han sido
diplomáticos. En mi caso, he compaginado a veces, desempeñando
ambos trabajos a la vez; a veces alternando. Actualmente llevo varios años en
excedencia voluntaria, dedicada exclusivamente a la literatura.
Siempre supe que escribiría,
porque era lo que para mí daba sentido a la vida. Como todas las vocaciones,
escribir era tan natural y necesario como respirar, pero tardé años en
considerarlo una profesión. Oía con frecuencia que sería imposible vivir de la
escritura, mientras la diplomacia aseguraría una estabilidad económica. Yo
pensé que ambas actividades podrían ser no
sólo compatibles sino complementarias, que mi profesión diplomática podría
nutrir mi vocación literaria,
con viajes, ideas, encuentros, vivencias… ¡Es lo que estoy intentando!
Ud. ha vivido
mucho tiempo fuera de España ¿Es eso bueno para una diplomática?
La diplomacia es, desde siempre,
primordialmente, servicio exterior; no se concibe sin puestos en el extranjero,
es tan consustancial a la profesión como navegar para un marino. Para un
diplomático es necesario comprender lo mejor posible el planeta en el que
vivimos, y eso solo es posible saliendo del propio país de origen, y
relativizando mucho de sus costumbres y valores.
Personalmente, ha sido muy positivo, he
aprendido idiomas, he llegado a integrarme en otras culturas, he conocido a
personas inolvidables y me he hecho amigos para siempre.
¿Vivir fuera de
España le ayuda a focalizar el país?
Es indispensable para comprender el país
en el que trabajas, pero es sobre todo muy útil para comprender España: desde
fuera, se ven muchas cosas más claramente que desde dentro, cuando los árboles
impiden ver el bosque.
Helena Cosano
¿Cómo enfoca la
literatura que usted quiere escribir?
La literatura
es para mí una forma de interpretar la vida, una síntesis, una búsqueda, por lo
que mis preocupaciones temáticas han sido siempre esencialmente filosóficas (el
sentido de la existencia, la felicidad, la muerte, el tiempo, el amor, el
alma…), unidas a un ideal de perfección formal y de belleza en la expresión.
¿Cuáles han sido
sus grandes lecturas?
He tenido
varias etapas: una muy francesa, otra muy rusa, una muy filosófica, otra
lírica, una de leer sólo aforismos, otra de literatura de humor… Actualmente,
me quedaría con Proust, García Márquez, Chéjov y Dostoyevski. Y en la mesilla
de noche, libros de espiritualidad como la Bhagavad Gita.
Actualmente
prepara una novela sobre santa Teresa ¿Por qué? ¿Fue un encargo?
Sí, la editorial “La Esfera de los
Libros” deseaba una novela histórica con ocasión del quinto centenario de la
santa.
¿Se trabaja bien
por encargo?
Nunca antes lo había hecho, y tenía
ciertos prejuicios, pensaba que por encargo no se podría escribir nada bueno
porque “no saldría del alma”. Constato que estaba equivocada: ¡estoy encantada
con este encargo! De pronto, he descubierto similitudes con una mujer del siglo
dieciséis que en principio parecía completamente opuesta a mí. Ha sido una
experiencia sumamente enriquecedora.
Su interés por
las filosofías orientales parecen alejarle del cristianismo ¿Es eso así? ¿No ha
entrado nunca en la ascética y mística de san Juan de la Cruz, por ejemplo?
No creo que se trate de un alejamiento
del cristianismo, sino más bien de una concepción más amplia de la
espiritualidad.
Sí, he leído a san Juan con devoción,
considero su obra una cumbre de la literatura religiosa de todos los tiempos.
Pero la mística y la ascética cristiana no son tan diferentes de la sufí o de
la hindú: pese a ser culturas tan distintas, cuando un ser humano se acerca a
la Verdad Absoluta, expresa lo inefable con términos finalmente muy parecidos.
¿Qué libro está
leyendo ahora y qué libro recomendaría?
Llevo varios meses leyendo y releyendo
toda la obra de santa Teresa, ya sueño con ella, y, claro está, la recomiendo,
en particular El libro de la vida y Las moradas del castillo interior.
En general, apuesto por los clásicos:
gracias a haber pasado con éxito el filtro del tiempo, ¡no fallan! (De hecho,
tengo un blog en la revista literaria La
cueva del erizo en el que recomiendo dos clásicos al mes. Adjunto el enlace
por si a algún lector le apeteciera consultar más recomendaciones: http://lacuevadelerizo.com/leoblog/valores-seguros/)
También cultiva
la poesía ¿qué le interesa de este género?
La belleza, la intensidad del
sentimiento y la profundidad filosófica. Me parece un género más concentrado y
formalmente perfecto que la novela.
¿Qué proyectos de
futuro literario contempla?
Estoy terminando un libro de ensayo
sobre clásicos de la literatura universal.
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