L.M.A.
El Museo Lázaro Galdiano y el Bosch Research and Conservation Project
presentan a través de una web http://boscointeractivo.es/ los resultados de la
aplicación de diferentes técnicas – fotografía, reflectografía y radiografía- sobre
la obra "Meditaciones de San Juan Bautista" del Bosco perteneciente a la
Colección Lázaro.
Este análisis se enmarca dentro de un proyecto de investigación internacional
que comprende el estudio de las obras del Bosco que se encuentran en una
veintena instituciones museísticas del mundo. El resultado de estos estudios se
mostrará en 2016, en una gran exposición que conmemorará el V Centenario
del fallecimiento del Bosco, en la que participará esta maravillosa tabla.
Madrid, 16 de junio de 2015. El Bosch Research and Conservation Project (BRCP) es un
ambicioso proyecto internacional de investigación que reúne a restauradores,
investigadores y conservadores de museos con el objetivo de realizar un nuevo análisis
de las obras del maestro Hieronymus Bosch, “El Bosco”, (ca. 1450-1516). Se tiene
constancia de la existencia de 45 obras –entre pinturas y dibujos- realizadas por este
genial pintor flamenco pertenecientes a una veintena de colecciones ubicadas en
museos de nueve países (Austria, Estados Unidos, Alemania, Portugal, España, Francia,
Bélgica, Holanda e Italia). Desde 2010, el BRCP ha estudiado estas piezas utilizando la
última tecnología aplicada al estudio del arte mediante técnicas de macrofotografía
con luz visible e infrarroja y estereomicroscopia.
Durante el mes de febrero de 2012 el
equipo técnico del BRCP sometió a un riguroso estudio y análisis la obra "Meditaciones
de San Juan Bautista" (Ca. 1490) que se encuentra en el Museo Lázaro Galdiano. La
obra se trasladó a una sala donde se aplicaron las siguientes técnicas: Osiris – TIR,
Osiris –Tir, marco (que permite investigar el dibujo subyacente en detalle), Hasselblad
H4D60-VIS, Hasselblad H4D60-IR (fotografía infrarroja) y estereomicroscopio
(instrumento óptico que produce una imagen aumentada del objeto –entre 20 y 40
veces mayor- que se observa a través de ella). Además se celebró un encuentro el 21
de febrero de dicho año para dar detalles sobre este estudio en el que estuvieron
presentes el Dr. Matthijs Ilsink, coordinador del proyecto del BRCP; Mª Dolores Fuster,
profesional del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) que restauró la obra
en 1995 y publicó en la Revista Goya (nº253-254) el resultado de los análisis químicos,
radiografía y reflectografía realizadas por el IPCE; y Amparo López, conservadora jefe
del Museo Lázaro Galdiano.
El análisis proporcionó información sobre su composición,
estado de la obra y además permitió compararla con otras piezas de este artista del
resto del mundo.
La obra del Museo Lázaro es una de las pocas de atribución indudable de Hieronymus
van Aeken, quien tomó de su ciudad de origen, ´S-Hertogenbosch (“El bosque del
duque”), el nombre artístico por el que es mundialmente conocido: Hieronymus Bosch,
que derivará en la vulgarización española de Bosco.
NOTA DE PRENSA
A pesar de haber tenido un taller de enorme éxito y producción, en la actualidad se
conservan muy pocas de las pinturas de El Bosco. Para un coleccionista privado como
José Lázaro contar con una de estas obras supuso un auténtico triunfo, y para el
Museo Lázaro es casi un sueño atesorar esta tabla entre sus fondos.
La calidad de la
pintura y las circunstancias de su llegada al museo la hacen única. La tabla salió de
Madrid rumbo al Museo Boymans de Róterdam para participar en la exposición
monográfica sobre el artista pocos meses antes del inicio de la Guerra Civil, lo que
impidió que regresara, permaneciendo en Róterdam durante muchos años. El San Juan
no solo se libró de los peligros que para el patrimonio supuso la guerra civil española,
sino que también tuvo que sortear los expolios cometidos por las tropas alemanas en
los países ocupados. Finalmente, en 1949 la Comisión Gestora de la herencia de Lázaro
recuperó definitivamente la obra para el Museo Lázaro Galdiano.
En definitiva, según la conservadora del Museo Lázaro, Amparo López, “se trata de una
obra de nuestro patrimonio profundamente deseada, cuya presencia en el Museo está
íntimamente ligada a la historia y a la eficacia de la gestión del patrimonio del
mecenas”. José Lázaro la publicó en su catálogo de obras en 1926 con el nº 432. Desde
entonces, mucho se ha escrito sobre esta pequeña tabla: la primera referencia se la
debemos a Tolnay quien la cita ya en 1936 como obra indubitable de Hieronymus Van
Aeken.
Como toda la pintura del artista, esta pieza ha suscitado la interpretación simbólica por
parte de algunos estudiosos. En este caso el objeto de mayor fascinación ha sido la
planta que aparece en primer plano y que para algunos, como Ludwing von Tolnay o
Vermeylen, es la representación simbólica de la mandrágora, planta alucinógena a la
que se le atribuyen facultades demoniacas en la Edad Media y un carácter afrodisiaco
que la vincula con la lujuria.
Para otros, como Fraenger, su presencia en el cuadro se
vincula al pasaje bíblico de Isaías 51.1-3 y se interpreta en relación con la resurrección
de Cristo. Se ha discutido si se trataba de una calabaza, de una manzana amarga, de la
flor de la pasión o de un melón de agua y hasta se ha buscado explicación en el
número de granos que de su fruto están siendo picoteados por un pájaro, tal vez un
alcaudón. Sin embargo, parece más cierto que se trata más bien de un producto de la
imaginación del pintor: el fruto esférico semeja a aquellos entre los que discurren los
juegos del universo bosquiano del Jardín de las delicias.
Las formas geométricas puras,
abiertas o cerradas, en ocasiones rotas, son inherentes a su mundo pictórico. Sin
embargo, en esta ocasión la misteriosa planta tiene además otra función, la de cubrir
la figura de un donante que se situaba delante de la figura del Bautista. No sabemos
por el momento de quién se trataba, a pesar de la nítida imagen que nos permite
observar la fotografía infrarroja. Desconocemos asimismo las causas por las que,
después de pintarlo, el mismo Bosco hiciese desaparecer su imagen. Lejos de un
complejo sistema alegórico, la supuesta mandrágora parece ser más bien un
decorativo telón que oculta la figura de un personaje que tal vez no quedó satisfecho
con su encargo o simplemente no retribuyó adecuadamente al pintor. Eso sí, un telón
que participa en su totalidad del lenguaje pictórico del artista.
Con ser
verdaderamente misterioso este asunto, no es la única ocasión en que tal sucede; en la
Crucifixión de Santa Julia del Palacio Ducal de Venecia, Hieronymus Bosch vuelve a
ocultar a un donante.
NOTA DE PRENSA
En el año 1943, según nos cuenta Amparo López, “Baldass aventuró la posibilidad de
que esta pieza, cuyos lados superior e inferior aparecen cortados, pudiera
originariamente ser de las mismas dimensiones que la otra tabla de San Juan que se
conserva en la Gemäldegalerie de Berlin. Según esa hipótesis, la tabla de José Lázaro
sería la puerta izquierda y la del museo berlinés la derecha; entre ellas se situaría
posiblemente un conjunto escultórico. Se puede afirmar que el San Juan de la
Gemäldegalerie debió ser una puerta, pues conserva pintura en su reverso. Pero en el
caso de la pintura de José Lázaro, el rebaje de la tabla que se hizo para su refuerzo por
medio de un embarrotado, no permite ver si tuvo esa función.
La teoría de Baldass no
se mantiene hoy por la mayoría de los historiadores de arte que desde 2001, con la
participación de la tabla en la muestra monográfica de Róterdam, consideran que más
bien debió formar parte del retablo que Hieronymus Bosch pintó para la Hermandad
de Nuestra Señora en la iglesia de San Juan en Hertogenbosch”.
El BRCP y el Museo Lázaro Galdiano, producto de esta investigación, han creado una
web http://boscointeractivo.es/ con el objetivo de facilitar una mayor difusión. En ella
por primera vez los visitantes pueden sumergirse en esta obra de la Colección Lázaro,
conocer sus dibujos subyacentes y recuperar la visión de la figura completa del
donante.
El internauta descubrirá el resultado de la aplicación de diferentes técnicas:
fotografía infrarroja, reflectografía infrarroja y radiografía con rayos X sobre la tabla
"Meditaciones de San Juan Bautista" del Bosco. La web dispone de vista sincronizada
de las imágenes obtenidas de la pieza a modo de cortina o de forma individual pero
también de vista individualizada de cada una de las técnicas empleadas sobre la pieza.
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