- José Bono revela que, a pesar de la tormenta política, el presidente Rodríguez Zapatero se ofreció a estar presente en la colocación de una placa a Santa Maravillas en el Congreso.
- Maravillas, como Santa Teresa, fue una líder, una mujer «con capacidad de orden y mando, en unos tiempos en los que la mujer no estaba llamada a desempeñar papeles relevantes», afirmó Carmen Posadas.
L.M.A.
Madrid, 9 de noviembre, 2016. El salón de actos de la Real Academia de Bellas Artes de san Fernando fue en la noche de ayer escenario de la presentación de «La madre Maravillas. Del palacio al convento. Recuerdos y anécdotas de una vida» (La Esfera de los Libros), de Álvaro Marañón. El autor estuvo acompañado por el expresidente del Congreso y ex ministro de Defensa José Bono, el expresidente de la Real Academia Española , la escritora Carmen Posadas y la editora Ymelda Navajo.
Marañón, sobrino nieto de Maravillas, definió su trabajo como «un viaje apasionante, una labor de investigación y descubrimiento de un personaje complejo y de gran profundidad».
Tras rememorar cómo una joven de clase acomodada tomó el camino de la clausura, se dirigió al público asistente: «os estaréis preguntando si acaso mi entusiasmo como autor lleva un punto de enajenación, cómo es que la vida de una monja de clausura puede tener aventuras, pero creedme que en estas páginas las encontraréis. Algunas incluso servirían para el guión de una película». Y rememoró, a modo de ejemplos, cómo sobrevivió Maravillas en el Madrid de la Guerra Civil o cómo fue su labor fundadora: «Hace falta conocer la dureza de la vida de una monja de clausura de aquellos años para entender a cabalidad el tremendo esfuerzo que eso conllevaba.»
La placa que nunca se colocó
Jose Bono centró su intervención en un episodio bien conocido: la fallida colocación de una placa a Santa Maravillas en un edificio del Congreso de los Diputados, que se alza en el mismo lugar donde nació la santa.
Aseguró que la idea se la dio en un viaje a Oviedo Jorge Fernández Díaz, y que en ese momento la consideró «una extravagancia de Jorge». Pero se lo pensó dos veces, lo planteó en el órgano parlamentario correspondiente, y que fue aprobado por unanimidad. «A una persona de mi partido que no estaba a favor le dije: "bien podrías levantarte o ir al baño, y así se adopta por unanimidad".»
La tormenta que se desató después es conocida. Pero en su relato, y fiándose de lo anotado en sus diarios, Bono reveló algo que, según apuntó, nunca había contado antes, José Luis Rodríguez Zapatero le llamó para decirle: «Si te animas a poner esa placa, el presidente de Gobierno estará presente».
Una mujer con dotes de liderazgo
José Manuel Blecua protagonizó la intervención más literaria de la noche, evocando el Madrid en el que nació Maravillas, una mujer predestinada por su nombre, «desde el bautismo había entrado ya en un mundo que era simbólico».
Y Carmen Posadas realizó un paralelismo entre Santa Maravillas, a la que algunos llamaron «la Santa Teresa del siglo XX», y Teresa de Ávila.
«Fueron mujeres con capacidad de orden y mando, en unos tiempos (los de la de Ávila más aún que los de la madrileña) en los que la mujer no estaba llamada a desempeñar papeles relevantes. Ambas tenían una visión, y persiguieron sus objetivos con ahínco. Ambas buscaron y gestionaron los recursos materiales y humanos necesarios para cumplir su empeño. Ambas aprendieron a motivar a su gente. Ambas formaron equipos de colaboradores fieles y fiables. Ambas trabajaron siempre pensando en mejorar las condiciones de quienes vivían en su entorno. Ambas hicieron gala de audacia, constancia y congruencia. Ambas han inspirado la vida de otras muchas, que las consideran virtuosas y siguen su ejemplo», enumeró. Y concluyó: «Todo eso es liderazgo».
Al acto asistieron, entre otros, la delegada del gobierno en Madrid, Concepción Dancausa, el senador y expresidente balear Jose Ramón Bauza, Gregorio Marañón (hermano del autor), los duques de Calabria o Mónica Ridruejo, expresidenta de RTVE.
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