Ignacio Gómez de Liaño
L.M.A.
26.11.16 .- Madrid .- La Galería José de la Mano se
complace en presentar, a partir del 30 de noviembre, la exposición Pintura y Perceptrónica. El Greco, Ignacio
Gómez de Liaño y Guillermo Searle, muestra que saca a la luz un proyecto
perdido durante más de cuatro décadas, felizmente rescatado ahora para el público madrileño. Se trata de una
interesantísima recuperación histórica que continúa la línea de trabajo que la
Galería José de la Mano viene realizando en la reivindicación del legado de la
abstracción geométrica y el primer arte cibernético producido en España, en el
contexto del Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid (CCUM).
En el año 1970 Ignacio Gómez de
Liaño (Madrid, 1946) planteó en el Centro de Cálculo como tema de investigación
la elaboración de una gramática capaz de generar y analizar los patios
platerescos, modalidad arquitectónica característica de España que se
desarrolla en la primera mitad del XVI. Ese proyecto de investigación tenía su
base en estudios suyos relativos a la lingüística. En el curso de 1968-1969 ─el
último de su carrera ─, se había trasladado a Cambridge, donde estableció
contacto con el Departamento de Lingüística de la Universidad y se relacionó
con el profesor holandés Pieter A.M. Seuren y con el propio Noam Chomsky. En
esos años también se dedicó de forma especial a la estética. Conocía bien la de
Max Bense –al que conoció personalmente en Londres en 1968 durante la
inauguración de la exposición Cybernetic
Serendipity sobre «arte y computadora», que tuvo lugar en el I.C.A. –, que
utilizaba la teoría matemática de la información para elaborar su teoría
estética, de forma paralela a como lo hacía el profesor Abraham Moles. Sobre
estética y teoría matemática de la información versaría su tesis de
Licenciatura.
En el Centro de Cálculo de la
Universidad de Madrid, al que se incorporó en el curso de 1969-70 y en el que
coordinó, en el curso 1970-71, el Seminario de Generación Automática de Formas
Plásticas, pensó que podría aplicar la teoría en que se basaban las gramáticas
generativo-transformacionales a la pintura y, para llevar a cabo su plan de
investigación, eligió el Apostolado
de El Greco de Toledo. Su idea inicial era elaborar una gramática capaz de
generar las doce figuras de los Apóstoles y la del Salvador a partir de ciertas
estructuras profundas de índole geométrico-cromática empleando para ello las
transformaciones lógicas oportunas. Al final, decidió que ese proyecto tenía
una aplicación más adecuada en el campo de la arquitectura ─y así se puso a
elaborar la gramática generativa de los patios platerescos─ y que el Apostolado de El Greco podía servirle
para otro trabajo que le parecía más estético
y que, además, iba al centro de gravedad de una ciencia entonces incipiente, la
perceptrónica.
Su investigación tenía como
objetivo determinar el momento en que las figuras de los Apóstoles y del
Salvador dejan de ser reconocibles en el proceso, geométrico-matemáticamente
regulado, de neutralizar la información contenida en la retícula cartesiana
dentro de la cual se había inscrito cada figura. La parte informática de ese
trabajo la realizó Guillermo Searle, que en ese tiempo estudiaba la carrera de
Arquitectura y que aplicaría su idea relativa a los Apóstoles de El Greco a la Maja
desnuda de Goya.
De ese modo, vinieron a dar a
luz la primera muestra de lo que muchos años después se llamaría pixelización, procedimiento utilizado
por los medios de comunicación visual cuando quieren hacer irreconocible una
fisonomía. El interés específicamente estético de la investigación estaba en
que, de alguna manera, los Apóstoles
pintados por El Greco, tan personales y espirituales, se transformaban en
cuadros, tan impersonales y sin embargo también tan espirituales, de estilo
Mondrian, si es que no en la pura abstracción de la geometría. O sea, en formas
desprovistas de fisonomía e identidad apostólica aparente, pero dotadas de la
armonía propia de las composiciones geométricas.
La realización con la impresora
del CCUM de las figuras apostólicas y del Salvador en las cinco fases de su
despliegue neutralizador fue expuesta, entre otros sitios, en los Encuentros de Pamplona (junio de 1972).
Al año siguiente apareció en el Boletín del Centro de Cálculo (nº 22, marzo
1973, pp. 73-93) un escrito con el título de «Pintura y perceptrónica», firmado
por Ignacio Gómez de Liaño y Guillermo Searle, en el que daban cuenta de esa
investigación y de sus resultados plásticos; escrito que se reproduciría
posteriormente en varios libros.
Recientemente (marzo-junio de
2016), en la exposición que el Museo de Arte Contemporáneo de Ibiza ha dedicado
a sus experimentaciones poéticas de entonces con el título de Ibiza 1972. Los juegos del Espinario, se
ha vuelto a presentar esta obra que pretendía elevar el Apostolado de El Greco a los altares tecnológicos más avanzados, y
aún audaces, de la época.
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