Navidad en Europa: no hables, no preguntes
L.M.A.
(Reproducción de "Actual", 5.12.16)
La primera ministra británica, Theresa May, dijo la semana pasada que los cristianos no deben tener miedo de hablar de su fe en el trabajo y en lugares públicos. Añadió que los cristianos deben “guardar celosamente” su derecho a hablar de su fe “libremente, con respeto y responsabilidad”. [The Telegraph, en inglés, de pago]
En un discurso inusual en un gobernante europeo, la señora May señaló que “estamos en el tiempo de Adviento, tenemos en nuestro país una tradición muy fuerte de tolerancia religiosa y libertad de expresión, y nuestra herencia cristiana es algo de lo que podemos sentirnos orgullosos”.
Las palabras de la primera ministra respaldaban las conclusiones de dos informes que alertan de una creciente presión de los códigos de corrección política en las empresas británicas. Se está obligando a los trabajadores cristianos a no mostrar signos externos de su fe para no ofender a los no creyentes y a los musulmanes.
David Isaac, presidente de la Comisión de Igualdad y Derechos Humanos, dijo haber detectado “demasiada ansiedad” por la corrección política en muchas empresas. Cada vez es más frecuente que las compañías dejen de celebrar la Navidad con árboles, postales y actos específicos, para no ofender a una parte de sus empleados. [Equality and Human Rights Commission, en inglés]
El Cristianismo “debe ser celebrado, no denigrado”, concluye otro informe, elaborado conjuntamente por la Evangelical Alliance y el Lawyers Christian Fellowship, que apunta los mismos síntomas. “Me alegra dar la bienvenida a este informe y a sus conclusiones”, dijo la primera ministra, refiriéndose a este último documento.
La dictadura de la corrección política está haciendo estragos con las libertades fundamentales en las democracias. La libertad religiosa no es una libertad más, sino una que goza de una especial protección en el contrato social. No son libertades de la misma naturaleza expresar una opinión sobre fútbol o política, y expresar tu fe. Vivir y manifestar libremente tus creencias es un derecho reforzado en las constituciones democráticas avanzadas.
Hasta el progresista The Guardian reconoció este domingo, en un artículo editorial, que la corrección política está llegando demasiado lejos. [The Guardian, en inglés]
Y no solo en el Reino Unido.
En Virginia (Estados Unidos), acaban de prohibir que en los colegios se lean las novelas Matar a un ruiseñor, de Harper Lee, y Las aventuras de Huckelberry Finn, de Mark Twain, porque su contenido puede ofender a los negros. [Kiro7 y The Daily Wire, en inglés]
En España, este libro de HazteOir.org que describe la aplicación en los colegios de las nuevas leyes LGBT aprobadas por Gobiernos locales como el de Madrid y el de Cataluña, ha suscitado una campaña de censura de autoridades, partidos políticos y grupos de presión. Todos exigen la retirada de la publicación, de la que se están distribuyendo 100.000 ejemplares. [Actuall]
Además, se han pedido acciones legales contra la plataforma ciudadana, cuyos responsables creen que lo que vendrá, a continuación, es una intensa campaña en televisión y otros medios para intentar desacreditar su labor. [Actuall]
Son prácticamente inexistentes las voces en la sociedad española que han denunciado estas prácticas censoras. Una de las excepciones es la red liberal Club de los Viernes, cuya delegación de Extremadura emitió un comunicado el pasado sábado, defendiendo la libertad de expresión y el derecho a difundir el libro que describe los contenidos LGBT que se enseñarán en los colegios al amparo de las nuevas leyes de discriminación positiva.
El discurso de la primera ministra May merece ser tenido en cuenta, para que Europa y, en general, las sociedades democráticas occidentales no acaben adoptando una política selectiva de “no hables, no preguntes” para ciertas creencias y ciertas opiniones.
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