Julia
Sáez-Angulo
28/11/17
.- MADRID .- La escritora Juana Vázquez es la autora de la antología poética La espiga y el viento, que publica la
editorial Ars Poética en su colección Beatus Ille. Un recorrido por el rico y
profundo quehacer pictórico de la poeta, en el que la variedad de temas nos
habla del misterio y la reflexión del vivir y la existencia.
Los
grandes temas de la poesía se dan cita en La
espiga y el viento, desde la vida cotidiana y sus contingencias, al amor,
desamor, la palabra, Dios, los sueños y anhelos vividos, rotos o asumidos en la
melancolía del paso del tiempo, ese escultor no siempre hacedor de una buena
escultura. La vida en suma, cristalizada a su vez en otro misterio: el de arte
de la poesía.
Juana
Vázquez Marín (Salvaleón. Badajoz, 1951), doctora en Filología y licenciada en
Periodismo. Catedrática de literatura. Ha publicado ensayos como El Madrid de Carlos III, El costumbrismo
español en el siglo XVIII, Zugazagoitia, precursor de la novela social, San
Juan de la Cruz, Las costumbres de la Ilustración, Historia Literaria de España
en el siglo XVIII, El Quijote en clave de mujer/es (varios) y El Madrid cotidiano del siglo XVIII.
La
antología poética La espada y el viento abarca
los libros: En el confín del nombre, Nos+
Otros, Gramática de luna, Escombros de los días, Tiempo de caramelos, El
incendio de las horas, e Inéditos. Juana Vázquez escribe una documentada
exposición de todos ellos en la introducción del poemario, que titula: “Tiempo,
Enigmas, melancolía, Dios y la palabra”.
“Empecé
“vomitando” poemas –y sigo, pues soy de las poetas que escriben “al dictado” de
“alguien”- muy jovencita, pero el primer libro que tiene una identidad poética
es En el confín del nombre, que se
centra en la desorientación existencial aludiendo a las preguntas eternas del
absurdo de la vida”, explica la poeta.
“Para
mí los poemarios son aquellos donde sobresale un tema esencial sobre todos los
demás. Y en este caso es la búsqueda de los enigmas que encierra el ser
efímero, errático y “pequeño” en relación con el universo inmenso e
indescifrable. Es una búsqueda que está orientada al fracaso una y otra vez. Y
este fracaso produce impotencia y búsqueda de “Dios”, de los Uno, de lo Inefable…”,
añade.
Y tendré que poner nombre/ a todos
estos pensamientos/ doloridos y desorientados que cabalgan/entre la penumbra de
mi mente opaca./ Y saldrán siempre como espinos puñales/ o un lirio ergido
mirando tristemente/ desde la oscuridad de una cuneta/ su espacio reducido/ su
falta de altura para alcanzar el bosque… Esto dice la poeta en uno de sus poemas inéditos dentro del libro La espiga y el viento.
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