domingo, 18 de febrero de 2018

Picasso, el pintor que estudiaba en los museos. Exposición en el Círculo de Bellas Artes






 Jacqueline, de Picasso



Julia Sáez-Angulo


18/02/2018 MADRID

            “Nunca serás como Rembrandt”, le escribía Olga, la primera mujer de Pablo Ruiz Picasso a su esposo pintor. Ella sabía que el artista español admiraba la pintura del holandés y, despechada por el mal trato psicológico que el malagueño le dispensaba, trataba de mortificarlo. Rafael, Rembrandt, Velázquez, El Greco, Rubens, Ingres, Courbet, Delacroix y Degas fueron los ídolos de creador del cubismo, a los que conoció visitando museos, en especial primero el Museo del Prado en Madrid y después el Museo del Louvre en París y el de Trocadero, donde se exponía el arte primitivo.

            Acercarse al arte del pasado a través de los grandes maestros conforma el gusto y el estilo, amén de manifestar las preferencias.

            “Picasso  el Museo” es el título de la exposición que tiene lugar en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en colaboración con Bancaja, y que permanecerá abierta en las salas Goya y Picasso hasta el 16 de mayo próximo. Su comisario, Javier Molins.

            Fue en el Museo del Trocadero, donde el artista entró con su amigo André Derain en 1906 y se dejó empapar por el arte primitivo de máscaras africanas y de Oceanía, que iban a marcar su obra más célebre Las señoritas d´Avigno. Los cuadernos sobre la génesis y el proceso de realización de esta obra de arte pueden contemplarse en las hojas expuestas

            Picasso dedicó una parte de su obra a homenajear a los artistas que admiraba, especialmente en los grabados con series en las que pone de manifiesto su maestría en el dibujo, así como su lubricidad y obsesión erótica.

            Cuando se estudia el paso de Picasso por los museos se sabe que  en su época de formación pasaba hasta ocho horas en el Museo del Prado copiando a los grandes maestros. El cuadro de Las Meninas le tenía subyugado y en 1957 llegó a hacer 44 versiones diferentes de este cuadro, que hoy se pueden contemplar en el Museo Picasso de Barcelona. La serie picassiana de Las Meninas es una deconstrucción cubista del cuadro de Velázquez, una auténtica gramática de las nuevas formas.

            Al conocer de cerca la pintura de Delacroix en el museo de París, Picasso llevó a cabo 14 versiones del cuadro “Las mujeres de Argel” en 1955. Su esposa Jacqueline dio vida al rostro de estas mujeres.

            Rembrand apareció por primera vez en la obra la Suite Vollard de Picasso en 1934. Uno de sus grabados sobre un mosquetero el autor malagueño lo llegó a titular “Domenico Theotocopulos van Rijn da Silva”, queriendo aludir a los tres grandes maestros que admiraba: El Greco, Rembrandt y Velázquez.

            A Degas , Picasso lo dibuja como a un voyeur  de jóvenes bailarinas y lo retrata en39 grabados en la Suite 156.

            La pasión de Picasso por Rafael se manifiesta a través de la figura de Ingres y la Fornarina, una célebre amante italiana representada por el primero. En un total de 25 grabados de la serie 347, Picasso da rienda suelta a todo su brutal erotismo, donde cobra protagonismo el sexo femenino con sus “patas de araña”, al decir de los poemas de Rafael Alberti. Se juntaron os dos andaluces para el arte y la procacidad en lo que disfrutaban.
           


          "Las Meninas" de Picasso

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