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Julia Sáez-Angulo
9/9/19 .- Palma de Mallorca .- Después
de sus estudios en el Liceo artístico, en 1988 entró en la Escuela de Bellas
Artes de Torino y al poco de ingresar en ella, Romano Guyetti, restaurador
afamado, pintor fracasado y magnífico profesor, le llamó en un aparte y le
dijo: Luca Monzani, valoro tu talento
para despegar, sal de aquí, no te encasilles en lo académico. Tienes talento,
trabájalo fuera de aquí, que no te suceda lo que a mí. El joven pintor
quedó impresionado por aquellas palabras que lo elogiaban e inquietaban al
mismo tiempo. A los pocos días fue él quien quiso hablar a solas con el
profesor Guyatti para preguntarle: Dove andiamo?,
¿a dónde voy? ¿qué pinto? El profesor Guyetti insistió: ¡Camina, busca, descubre! Y como Monzani le siguiera mirando con cierta
perplejidad, el profesor añadió. ¡El circo
siempre ha tenido éxito y los payasos son el núcleo del circo!
Luca
Monzani (Torino. Italia, 1966) ha cumplido 30 años de trayectoria en su
reconocida carrera de pintor y lo ha celebrado con una exposición retrospectiva
de su obra en el Círculo Mallorquín, dirigido con acierto por Ignacio Dejà. El
catálogo de la muestra –formato gran revista- lleva un payaso en la portada y
se titula Dove andiamo? Sobre su obra han escrito cuatro buenas firmas:
Camilo José Cela Conde, Javier Alarcón, Joan Valent y P. de Montaner, además
del propio Luca Monzani que escribe muy bien sus propios relatos y reflexiona
sobre la Musa.
La vida del pintor italiano, que
habla perfectamente español, transcurrió desde muy joven entre Barcelona,
Miami, de nuevo Barcelona, hasta recabar en Mallorca donde sabía que podía practicar bien la vela, además de la pintura, donde se casó y tuvo una hija. De vez en
cuando Monzani colabora con el Grupo pro Arte y Cultura que fundó Mayte
Spínola, con la que mantiene una buena amistad en la isla. Monzani expuso en la Casa de Vacas del parque del Retiro en Madrid en 1998.
En su obra encontramos importantes
series pictóricas como Marinas; Hombres, caballos y toros; Mallorca y sus
patios velados... y payasos, muchos payasos, que curiosamente, como le avanzó el
profesor Guyetti, siempre tuvieron éxito y se vendieron muy bien. “He dibujado
muchos payasos. Las palabras de Romano Guyetti se me quedaron clavadas. Yo creo
que se referían al circo de la vida y el mundo y a las máscaras para
desenvolverse en él...” comenta reflexivo el pintor italiano, “yo me fijé en la
obra de Nijinski Clown de Dieu, un
joven tímido e introvertido que intenta encarar la vida a base de máscaras”.
Hombres, caballos y toros, sobre el rejoneo
“La serie pictórica Hombres, caballos y toros, sobre el
rejoneo, desde la crianza a la doma, llegando al coso taurino, ha sido muy intensa
y prolongada . Fueron dos años recorriendo plazas taurinas de Francia (Arles,
Nimes) y España, con Fermín Bohórquez y su cuadrilla, tiempo en que adquirí una
cultura taurina extraordinaria, que yo desconocía. Me adentré incluso en el
pasado de su historia. Fue una experiencia vital intensa. Un mundo
apasionante”, explica Monzani muy satisfecho. Como bien describió Cela Conde,
el rejoneo de Monzani es un abrazo de muerte a tres: hombre, caballo y toro.
Los ocres, rojos y blancos en todas sus gamas dominan el cromatismo de esta
serie. Coleccionistas de Arabia Saudí, se interesaron por estos caballos y toros, así como
del emirato de Qatar. “Esta serie de Hombres
caballos y toros me ha durado casi 20 años”, cuenta el autor. Además diseñó el logo para una cuadra de caballos saudíes.
Monzani se siente orgulloso de un
enorme toro que pintó para un gran apartamento mallorquín. Donde nadie se
atrevía, él sí lo hizo y el resultado fue magnífico. No hay toro como ese toro.
El pintor trabaja con acrílicos y
pigmentos naturales; con frecuencia incorpora elementos escultóricos en madera
o hierro para lograr efectos de luces como en las instalaciones hoteleras en
las que ha intervenido, concretamente en los hoteles Pure Salt en Port Adriano, en 2016 y Sa Crew Nova en 2017. En el primero llevó a cabo una serie de
figuras humanas, en su mayoría femeninas, que se instalaron en las habitaciones.
Los palos escultóricos matizaban la presencia de estos amplios “paisajes
humanos” estilizados, en los que el trazo del artista prima en grandes dibujos
al carbón. Lo mismo hicieron las esculturas en hierro junto a los murales.
Los grandes murales marinos, entonados en infinitos azules y blancos,
alcanzan a veces las medidas de 150 x 500 cm, y dan vida a los muros de casas y
hoteles tanto en Baleares como en Arabia Saudí o los Emiratos. Monzani explica
que utiliza pigmentos especiales con nano-elementos para que resistan bien el
exterior. Ciertamente el pintor no teme la gran escala.
Sus serie Patios mallorquines velados ha sido también un acierto y un éxito.
Cuadros de mediano y gran formato acogen los hermosos patios de Mallorca,
dentro de una figuración esbozada o deshecha, velada, casi romántica, que
invita al espectador a entrar y vivir ahí, a incorporarse dentro del espacio
pictórico.
Los 30 años de trayectoria pictórica
de Luca Monzani quedaron bien reflejados en la exposición del Círculo
Mallorquín de este 2019, con obras que iban desde su primera pintura en la
Barcelona de 1989, cuando el marchante catalán Ramón Galisteo confió en él
plenamente, le entregó un piso, una fuerte suma de dinero y le dijo: volveré
dentro de un año a recoger todo lo que hayas pintado. Aquellos trabajos se
vendieron principalmente en los Estados Unidos, donde residía el marchante.
Pero esta forma de trabajar le agotó. “Trabajé como un condenado y me quedé
seco. Rompí el acuerdo con el marchante. No es lo mismo pintar que ser pintor”.
Monzani recuerda que entonces hizo, entre otras cosas, varias planchas de
colores con marinas, bailarinas y payasos, y la última serie se vendió
enseguida. Otra vez se cumplía la profecía del profesor Guyatti con el éxito de los payasos.
Luca Manzoni trabaja en un amplio
estudio situado en un polígono mallorquín cercano a Palma, en compañía de su
perro Aldo –lleva el nombre de su abuelo- y una nutrida colección de bibelots
sobre perritos. Monzani ha pintado los peros de Mayte Spínola y de Paz Pérez-Bilbao. Dice que, después de la exposición retrospectiva, está en un
momento de silencio y de crecimiento interior, para responder a la eterna
pregunta: dove andiamo? Una última
confesión del pintor: En principio, de
joven, yo iba para arquitecto, pero opté por un arte de mayor libertad: la
pintura, porque no tiene límites. No me permití inmovilizar el pensamiento.
Más información
www.lucamonzani.com
Obra de Luca Monzani
Payaso, de Luca Monzani, portada catálogo de la exposición retrospectiva 30 Años
Obra de Luca Monzani
Payaso, de Luca Monzani, portada catálogo de la exposición retrospectiva 30 Años
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