martes, 3 de noviembre de 2020

Los viajes que no hice por la pandemia: Santo Domingo, Londres, Viena, Paris, Buenos Aires...


Santo Domingo. República Dominicana

José Enrique García durante su ultima visita a Madrid


Julia Sáez-Angulo

3/11/20.- Madrid.- Con el pasaje de avión en la mano, no pude asistir en abril a la Feria Nacional del Libro de la República Dominicana, que tenía lugar en Santo Domingo, invitada por la institución para impartir dos conferencias, una sobre “El arquetipo literario femenino. De Fedra y Antígona a Doña Bárbara y Lolita”, y otra sobre “La crítica de arte”.  El escritor José Enrique García, poeta y académico de la Lengua, fue el oficiante de mi presentación para ese largo y acariciado viaje que no pude llevar a cabo por esta pandemia que nos asola. Mi primera conferencia quedó a medias en el archivo del ordenador, pues no se sabe muy bien por qué, una se desmotiva y no dedica más tiempo a completarla, cuando el destino no ofrece la posibilidad de llevarla a cabo. Lo bueno es que ya me había estudiado, hasta donde pude, la literatura dominicana más reciente, sobre todo la escrita por mujeres como Camila Henríquez Ureña o Abigail Mejía.

    La fotógrafa cosmopolita Isabelle Hirschi, buena amiga de Lyon -donde hemos recorrido los pasadizos secretos de la Resitencia durante la II Guerra mundial-, dice que donde más feliz se encuentra es en Dominicana.

El sueño en el aire de cruzar el charco, cambiar impresiones con mis colegas del libro, visitar la catedral de Santo Domingo, el Museo del Quijote de Madera, recientemente creado por Juan Miguel Madera, directivo en la industria farmacéutica, a quien había entrevistado recientemente en Madrid y me esperaba para mostrármelo personalmente…

Si bien la organización de la Feria del Libro Dominicana me había invitado a pasaje y estancia de cuatro días en la isla caribeña, yo había planeado prolongar mi estadía quince días más, junto a la abogada española Carmen Valero, directora de Cáritas Dominicana en los tiempos del terremoto que asoló la isla en los 90, cuando ella realizó una encomiable labor de creación de ambulatorios, dispensarios o escuelas en un territorio desolado y golpeado por aquella desgracia de la Naturaleza.

    Nos esperaban las Hermanas Vedrunas, invitadas por Cecilia de la Cruz, una de las Hermanas dominicanas, a quien atiborramos de maletas con ropa para la gente de las periferias necesitadas de Santo Domingo (la palabra periferias le gusta mucho repetir al papa Francisco), donde aquellas se entregan y trabajan por amor a Cristo y sus pobres. Los nuestros.

Este viaje no pudo ser. No estaba de Dios, como dicen los andaluces con su filosofía de pueblo antiguo y sabio.

Juana María Herce en Londres. "Tarde de pre-confinamiento"

Juana María Herce: Invitación a Londres

Agosto de 2020 lo pasé en  El Escorial, desde donde contemplo cada día el monte Abantos, referencia conocida y casi sagrada, para los que vivimos o frecuentamos el Real Sitio. Allí me llegó la invitación a Londres de la escritora riojana, Juana María Herce, una poeta de pro, que encarga a algunos compositores que pongan música a sus poemas “para que se ganen unos euricos”. Su himno a la Virgen de Valvanera, patrona de la Rioja, ha tenido cientos de visitantes en youtube hasta el momento.

“Tengo una casa monísima en Noting Hill Gate”, me escribía Juana Mari, al tiempo que me ilustraba con fotos de sus estancias en wassapp. Mentalmente decidí acudir a su cita en octubre, cuando la capital inglesa está rebosante en la cartelera teatral. Entre tanto la covid-19 reptaba como una serpiente sigilosa por las distintas ciudades europeas, incluidas Londres y Madrid. La prudencia aconsejaba aplazar y no viajar a Gran Bretaña, porque la exigencia de catorce días de cuarentena arruinaba la idea de cualquier viaje. Los paseos literarios por el Londres de Dickens o Virginia Woolf quedan en pie.

Entre tanto, Juana Mari Herce, me provocaba envidia con su viaje de cinco días por los costwolds, diminutos pueblos pintorescos de la costa, donde la tradición y el buen gusto cuida las casas unifamiliares con los tejados de pajizo obscuro como en los tiempos de Shakespeare. Las tiendecitas de antigüedades, brocanters y vejerías se extienden por doquier. La Mirada Actual ha dado cuenta de ese recorrido en un reportaje :

https://lamiradaactual.blogspot.com/2020/10/otono-en-los-costwolds-pueblos.html


Mayte Spínola ante un retrato de Alfonso XIII, 0/l del pintort Julio Vila Prades

Mayte Spínola: Invitación a Viena

Viena fue la siguiente invitación de Mayte Spínola, pintora y mecenas, que cuenta con precioso, céntrico y gran apartamento en la capital austriaca, junto a la barroca iglesia de san Carlos Borromeo, no lejos de la Ópera, donde siempre recalamos cuando viajamos juntas (¡ojo a los vendedores ambulantes vestidos de peluca blanca y frac de colores, porque nos cobraron una fortuna por unas entradas que en taquilla solo valían 60 euros!). La fecha prevista del viaje era el 4 de noviembre; Mayte me aseguró que Austria estaba mucho mejor que España en lo que a la pandemia se refiere. Me ilusionaba volver por quinta vez a la musical Viena, con tan generosa anfitriona, así podría ver al fin la Imperial Cripta de los Capuchinos (es el título de un gran libro del austriaco Joseph Roth), donde están enterrados los emperadores del Imperio Austro-húngaro, que siempre he dejado para el final y sigo sin conocer ese monumento histórico. Mayte Spínola, como buena andaluza, nacida en Madrid, siempre objetaba que a ella eso de los cementerios, las tumbas y los muertos no le va mucho. Tendría que visitarlo a solas.

Pues bien, tampoco pude hacer este viaje porque, el covid 19 campaba por sus respetos no solo por Viena, sino en todo el país. 

Este viaje tampoco ha podido ser. Los hados no están propicios. Hay que remitirse al estado de alarma, con perimetraciones intermitentes y confusas, que se asemejan cada vez más a confinamientos, toques de queda y estados de sitio, porque el Congreso, de manera impúdica, se ha apuntado a seis meses de limitación a la libertad de desplazamiento de los ciudadanos, a merced de gobernantes locales o estatales que marean con su parrala particular. ¡Una hartura y un horror!

Gema Piñana, ante la tumba de su antepasado el presidente Estanislao Figueras (Madrid), junto a Julia Sáez-Angulo

Gema Piñana: Invitación a París

Solo queda un viaje a París durante el próximo mes de febrero, invitada por mi buena amiga la periodista Gema Piñana, que tiene un amplio apartamento cerca de Republique, en el edificio de una antigua guinguette, como la del Moulin de la Galette, de Renoir), parada y fonda del XIX, con amplio patio para carruajes, clasificada  de interés histórico por la Villa de Paris, ciudad que “fluctúa, pero no se sumerge”, como reza su divisa latina. La casa de Gema tiene una placa que recuerda, en aquel lugar, el hecho de una sublevación de la Comuna liderada por el coronel Maxime Libonne (1839-1905), más tarde editor de periódicos. La historia nos circunvala.

    Gema Piñana, (ahora afincada en los montes del Líbano, no lejos de los cedros de la cumbre) me recuerda cada día su invitación para febrero, porque dice que hace ya varios años que interrumpí la buena costumbre viajar anualmente a Lutecia (París en latín, porque una es muy clásica). Y han surgido cosas nuevas en la capital del Sena, como la Fundación Vuitton, trasladada desde de Jouy-en-Josas o la renovación del Museo Picasso en el barrio Marais, hoy gueto de la colectividad gay.

Escalera de la casa-taller de Cristina Santander. Buenos Aires

Con Cristina Santander en Buenos Aires

    La última invitación llegó de la pintora y grabadora argentina Cristina Santander, que tiene una preciosa casa-taller de cuatro pisos en el barrio bonaerense de La Recoleta. Solo por ver la escalera señorial de esta mansión valdría la pena viajar, pero, sobre todo, para espiar qué es lo que está haciendo actualmente en su taller. Sus hermosos grabados gofrados los vemos cada año en la feria de Estampa en Madrid y nos fascinan por lo que tienen de recreación y homenaje a los personajes de la Historia de España, sobre todo en tiempos de los Austrias. El viaje a Argentina queda para el futuro, pero no ad calendas grecas.
    Para viajar, nada mejor que tener amigos generosos esparcidos por el mundo.

    ¿Podré realizar los viajes pendientes o la pandemia me lo arruinará de nuevo? El futuro está escrito en las estrellas y el viento, que dicen los indios americanos. Entre tanto, libros y lecturas que ayudan a viajar con la mente y a imaginar lugares o personajes ad libitum. También la escritura, como refugio ante las inclemencias de la vida.

3 comentarios:

Juana Mari Herce dijo...

Good morning mi friend: Tu tienes que venir a Londres de todas,todas.Tenemos mucho que ver y disfrutar.Los "Paseos por Londres" de Virginia Woolf nos esperan,los conciertos al aire libre en Hyde Park y una Copa de vino con tapeo español en el bar Plaza de Portobello Road.Te espero.
Kisses.

almarge dijo...

Ya lo siento. Salud amiga

Julia Saez Angulo y Dolores Gallardo dijo...

Seguro que podrás hacer,os pronto querida Julia . Ya solo con tu relato y planes, me he sentido invitada y virtualmente es como si hubiese ido a dar una vuelta a esos maravillosos lugares .

Falta nos hace a todos , pero te aseguro que como sigan haciendo tonterías sin sentido e impunemente , huiremos a donde nos plazca y ya pagaremos las multas en la otra vida . !
No dejes pasar oportunidad alguna y vive todo lo que puedas.
Un beso grande
Gloria Aranaz