"Caracoles en primavera" (Foto Ainhoa)
Rosas de abril en la calle Luis Adaro. Madrid
L.M.A.
21/3/21.- Madrid.-
Ese fuego
Ese fuego que habita las entrañas,
un ardor incontrolado
que nos hace musitar palabras indecisas
a veces controla nuestras vidas
y es origen de ciegas decisiones,
de saltos al vacío
que no tienen retorno,
de pasos adelante
que marcan el destino.
La incertidumbre es presa de las llamas,
la seguridad las apaga
e infunde valentía
en las marejadas de la vida.
Mar Capitán
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La curva es la sensualidad del agua
y la vertical el soplo creador,
por eso el árbol mira al río
si está a su alcance.
Yo, ante tú presencia,
soy río que desborda su rumbo
y sauce que se inclina sin llanto.
Encarnación Pisonero
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Rendida, silenciosa y suplicante.
Furia amainada en lágrima , tornado
De las manos y labio alborozado.
Rendida y deseada y deseante.
Javier Villán
(Libro SONETOS DE FUEGO y NIEVE, Ediciones Hontanar)
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DÉCIMA ESPINELA O SALMANTINA
ENTRE MUJER Y DESTINO
Mujer que cultiva flores
de la noche a la mañana,
aunque asome en su ventana
el machismo con colores.
Se producen los temores
que empaña la luz sin tino,
y entre mujer y destino
va despejando la bruma,
se reinventa con la pluma
para trazar su camino.
MARY PAZ HERNÁNDEZ SÁNCHEZ
El Escorial, 21 de marzo 2021
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DE LA VIDA AL VERSO (BEATRIZ VILLACAÑAS)
Desde la vida al verso,
un río de palabras y de ciencia
buscan el universo.
Nacen en el venero de la esencia
y llegan hasta el mar de las vivencias.
De un árbol feraz, florido vástago.
Del tronco paternal de Juan Antonio
brotó a la luz tu genio literario.
Desde el rumor silente de las piedras
antiguas, añosas, venerables
de la eterna Toledo.
Del eco pastoril de Garcilaso
en la tersa lisura de las aguas del Tajo,
los versos que acunaron tu niñez
se han hecho magisterio en tus estrofas.
Como atalaya que despeina el viento,
así son tu poemas.
La bella realidad de lo sencillo,
la musicalidad de lo complejo.
Destilan la verdad de los misterios:
De la vida,
que es tiempo regalado,
cuajado de flores y de heridas.
Del niño,
que juega a ser futuro
en una calle llena de preguntas.
De Dios,
que se atisba en una lira,
cálida plegaria, callado rezo.
Del mirlo,
columpiado en una rama
del poema, comiéndose unas peras…
De la muerte,
certera, traicionera, inevitable,
que a todos nos espera en el camino.
Del amor,
vestido de todos sus ropajes;
el que nos arrebata, el que nos hiere…
Tu verso se filtra como el alba
por entre las grietas de la conciencia.
Cosiendo las heridas con sus rimas.
Inundando de luz cualquier objeto.
Del verso hasta vida
hay un camino largo y sinuoso,
como de voz urgida,
que canta tu poema, cadencioso,
en un sonoro arpegio prodigioso.
Rogelio Sánchez Molero
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