Jardín de los Poetas. Bosque de Palermo. Buenos Aires
Julia Sáez-Angulo
Fotos: Saslovsky y Zapisek
20/12/21 .- Buenos Aires.- El escritor Emilio Porta escribe: “Si hay algo en Buenos Aires especial es, precisamente, que respira Literatura por todos sus rincones”. En el paseo de ayer por el bosque de Palermo, salió al encuentro el Jardín de los Poetas del Rosedal, una sucesión de bustos de escritores en bronce, todos ellos poetas, aunque hubieran escrito solo prosa como don Benito Pérez Galdós.
Desde don Miguel Cervantes con su gola al cuello, hasta el busto de Federico García Lorca, regalo de la ciudad de Granada, el desfile era digno de interés con más o menos acierto en la representación del personaje. Jorge Luis Borges estaba perfecto en su fisonomía.
Los nombres masculinos, como de costumbre, dominaban a los femeninos, pero ya se irá corrigiendo. Rosalía de Castro y Alfonsina Storni, una española y una argentina, eran las presentes en el Jardín de los poetas. Eché en falta a las hermanas Ocampo, Victoria y Silvina, poetas a su manera.
La atención a la mujer se manifiesta con claridad en el barrio de Puerto Madero, donde todas las calles llevan nombre de mujeres notables y hasta el puente de Calatrava sobre el canal se denomina Puente de la Mujer. No está nada mal ante tanto olvido de la Historia: Alicia Moreau, Victoria Ocampo, Mariquita Sánchez de Thomson, Juana Manso…
Recordemos que, en España, Clara Campoamor y María Zambrano han dado reciente nombre a estación de tren en Madrid y a la del AVE, tren de alta velocidad, en Málaga. Todavía queda mucho por nombrar para equilibrar presencias y resonancias femeninas, dicho y hecho con buen ánimo.
Alicia Moreau y Clara Campoamor lograron el voto femenino para sus respectivos países, Argentina (1947) y España (1933).
Confiemos en que los bustos de bronce del Jardín de los Poetas permanezcan en su sitio, después del robo de los escudos en bronce de la plaza de Alemania, ante la ciudadanía estupefacta. Malos son los ladrones, peor aún los recptadores o peristas. En Madrid se habla de rumanos, en Buenos Aires de senegaleses; siempre hay chivos expiatorios ajenos. La municipalidad bonaerense está tratando de reponer esos escudos donados en 2010 por Alemania, aunque es de suponer que lo haga en piedra artificial para evitar a los depredadores del bronce.
Desde el parque de Rivadavia a la Patagonia
Mi gurú literario, Raúl Lavalle, me había recomendado visitar el parque de Rivadavia, donde se venden abundantes libros de lance los fines de semana. Lo haré, pero ayer mis anfitriones y yo optamos por los bosques de Palermo, el Jardín Japonés y la plaza de Alemania. Belleza y paseo deportivo al mismo tiempo. Había que rebajar los efectos del banquete polaco del día anterior.
He de reciclarme en la flora y la fronda de Argentina: ombúes, jacarandás, liquidámbares, palo borracho, tipas, palmeras de no recuerdo qué especie… Esa naturaleza feraz que dejó ojipláticos (palabra de la que tiene constancia la RAE) a los españoles descubridores y/o conquistadores, de los que hoy descienden la mayoría de argentinos, y dejando de lado la interpretación presentista de la Historia. Se puede discrepar de esta afirmación y harán muy bien. Libertad de cátedra individual, ante todo. Pero si nos atenemos a lo políticamente correcto, caeremos en el bostezo.
Una de las parejas españolas que viajó a Perito Moreno de viaje de novios me lo recalcó: “Lo mejor de Argentina es la Naturaleza, que merece escribirse con mayúsculas”. Eso lo sabe muy bien mi amiga la pintora argentina Alicia Pardo de Garay y Lastra, condesa del Valle Suchil, desde que se casó, no ha mucho, con el español Ramón del Valle Suchil, otro buen amigo. Alicia tiene una espléndida propiedad en la Patagonia -ahora se encuentra allí- donde aloja y estimula el land-art, que pregona doquiera que va, desde Madrid a las Bahamas. Besos Alicia; escribe tus memorias, porque tienes mucho que contar. Y quiero leerlas.
Argentina, un país cinco veces España y siete Italia en extensión, tiene Naturaleza para aburrir, que diría un castizo. El glaciar Perito Moreno, las cataratas de Iguazú, la Patagonia, Ushuaia…Su suelo alberga toda clase de riquezas, además de la flora: litio, cemento, gas, petróleo… Disponer de territorio inmenso es un lujo de partida. Algunas de la quintas o estancias argentinas privadas son casi tan grandes como algún país centroeuropeo. Mario Saslovsky dispone de una a 30 km. de Buenos Aires. ¡Qué bendición de Dios hacia sus habitantes y su tierra! La lluvia, el agua, no les falta. Unos tanto y otros tan poco. ¿Quién ha dicho que la vida es justa?
https://lamiradaactual.blogspot.com/2021/12/la-rae-presenta-las-novedades-del.html
https://www.elmundo.es/cultura/literatura/2020/11/24/5fbcf1eefc6c83351e8b4577.html
Jardín de los Poetas (nombres)
Gabriel García Márquez
Miguel de Cervantes
Alejandro Casona
Dante Alighieri
Giaccomo Leopardi
Olegario Víctor Andrade
Gibran Khalil Gibran
Ramón Pérez de Ayala
Miguel Ángel Asturias
José Martí
Jorge Luis Borges
Rubén Darío
Miguel Hernández
Julián Aguirre
Rosalía de Castro
Paul-François Groussac
Fernán Félix de Amador
Rabindranath Tagore
Amado Nervo
Antonio Machado
Federico García Lorca
William Shakespeare
Taras Shevchenko
Alfonsina Storni
Schólem Aléijem
Busto de Don Miguel de CervantesBusto de Rubén Darío
Dante Alighieri
Carpas y barbos en el Jardín Japonés
3 comentarios:
Me encantan tus crónicas
carmen valero
Luis Antequera
Muy bueno, Julia (uno que es un poquito argentino)
María Tecla Portela Carreiro:
Ni un Poeta portugués... ni siquiera Camões (en español puede escribirse Camoens) ni Fernando Pessoa... Lo siento: imperdonable.
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