Querido Mateo:
Una vez más, un día más, como cada semana, me siento para escribirte la misma carta. Una carta que nunca enviaré, una carta que nunca recibirás. Con la tenebrosa luz que se filtra entre los barrotes de esta mohosa y sórdida celda, me deleito recordándote por qué te maté. Noto en cada frase que escribo, una punzada de vanidad, de orgullo que ya ni oculto.
Aunque, cuando te maté, yo ya estaba muerta.
Recuerdo el día en que os vi, bajo el imperceptible resplandor de una farola, que a pesar de la intensa lluvia que caía esa noche, permanecía erguida, como cómplice de tu engaño o quizá, con la única motivación de desvelarme tu verdadero yo. Allí estabais los dos, unidos en una sola persona, en un largo y ansiado beso. Sin esconderos de nada, ni de nadie.
Desde la mesa del bar dónde me resguardaba de la lluvia pude vislumbrar tu silueta. Al principio no podría creer que fueses tú, pero al segundo te vi, con una claridad tan impactante como retorcida. El tiempo se paró a mí alrededor. Los ruidos del bar se desvanecieron, tan solo podía escuchar los fuertes latidos de mi corazón. Ya roto, deshecho, traicionado.
Te maté porque tus besos nunca me pertenecieron.
Porque tus caricias no rozaban mi piel ni tus te quiero eran para mí.
Te maté porque tus sonrisas eran falsas, ni tu boca mi boca, ni tu cuerpo mi cuerpo.
Porqué cuando hacíamos el amor no era yo quien estaba contigo. No era yo a quien abrazabas ni a quién penetrabas, no era yo tu vida, nunca lo fui.
Te maté por tu engaño tan vil, tan ruin.
Por dejarme darte mi vida entera y entregarme en cada momento con una pasión desbocada que posiblemente hasta asco te daba.
Por robar mi pasado, mi presente y mi futuro.
Te maté cuando yo ya estaba muerta. Porque aquella noche querido Mateo, al salir del bar, yo ya estaba muerta.
Ahora, sé que hice lo que tenía que hacer. Porque tu muerte fue tan reconfortante para mí, que me ayuda a seguir escribiendo semana a semana el por qué te maté. Y eso para mí, una muerta en vida, es todo lo que necesito para seguir adelante.
En cuanto a él, querido Mateo, también murió.
Violeta Morales
Violeta Morales Pérez (Madrid, 1970). Licenciada en Geografía e Historia por la Universidad Autónoma de Madrid. Redactora de "Correo del Arte, Viajes y Turismo". Directora de Proyectos. Brand Consulting. Supervisora y Ejecutiva de Cuentas.
16 comentarios:
Querida Violeta:No siempre son los hombres los que engañan,nos engañamos nosotras mismas, viendo amor dónde no lo hay,viendo valía donde no la hay,viendo futuro donde no lo hay ,viendo la vida de cor rosa,cuando en realidad no hay luz.Vivimos un romance imaginado y nosotras solas.Vivimos un cuento,chino, y luego culpamos y matamos metafóricamente hablando,al contrincante.
Nos engañamos solas,yla culpa es nuestra,acaso pedimos currículos? Nos preocupamos en averiguar qué clase de pájaro es? Que historial o antecedentes tiene,? Pues no....Nos creemos princesas,perfectas y dignas de ser amadas y a las ex- que les vayan dando....y asuntos va....
Así nos va,quise decir.Pagamos cara la ingenuidad.Pero como dijo la famosa actriz" Fue bonito mientras duró ".y yo añado ,a veces ni eso.Peroeso si,tu relato,escritora, es bellísimo.
Congratulations.
Muchas gracias.
El dolor de ella no es la infidelidad. Su dolor es descubrir que su pareja es homosexual. El engaño va más allá de los celos o de descubrir que tu pareja no te quiere. Es descubrir que TODO, hasta él era mentira
Fantástico.
Sigue. Yo estaré aquí para leerlos.
Entiendo mi querida Juana que en este caso el problema no lo tenía la protagonista.
Gracias AlicIa
Querida Violetas, tu relato me ha fascinado. Quiero seguir leyéndote.
Violeta morales. Muchas gracias
Buenísimo Viole!! Queremos mas!!
Sorprende la calidad de tu relato Violeta, al igual que muchos de tus comentarios que te han escrito yo deseando leer más de ti. Para su brevedad, queda muy redondo con un cierre adecuado, te hace vivir la realidad de la trama absorbiendote y concentrándose fácilmente. Felicidades
Sobrecogedor y fascinante
Muchas gracias
Muchas gracias Diego.
Violeta Morales
Javier. Seguiré persiguiendo mi sueño.
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