Descubrió el mundo de las Bellas Artes en Hungría, donde comenzó sus estudios con el pintor Ernő Fischer. De su maestro aprendió s ser abierto de mente, a innovar, a ser disciplinado, la técnica y la obligación ética de ejercer de modo puro el oficio. Después de este período Zoltán se dirigió a París, donde continuó sus estudios de artes gráficas en la Universidad Sorbonne. La capital mundial europea de las bellas artes dejó huellas notables en su visión del mundo y de las artes.
Posteriormente se trasladó a España por motivos profesionales, en donde, gracias a una mezcla única de culturas, conformó la paleta de colores que es característica de su trabajo.
Zoltán logró construir su arte como un fenómeno que representa su propio modo de ver la vida: las distintas vivencias de diferentes índoles y los diferentes lenguajes culturales se entrelazan y conducen hasta la formación de un prisma muy personal. Zoltán conoce el poder de la línea, sabe que saber dibujar es la base de todo lo que tiene que ver con las Bellas Artes.
Conoce también la importancia del corazón, la fuerza de construir un cuadro, de crear su atmósfera, sabe realizar la composición dentro del margen dado por el lienzo de forma que éste por sí mismo sea capaz de transmitir el valor de la obra.
El arte de Zoltán se caracteriza por la toma de posesión de estos instrumentos profesionales, mientras que va formándose su visión del mundo, por lo que podemos ir reconociendo a un artista que piensa con responsabilidad sobre la vida.
Después de sus inicios con el dibujo al que tanto ama, continuó con pinturas que son capaces de grabar en sus atmósferas el romanticismo y la belleza de la vida.
Lóránd Bereczky
Pintura de Zoltán
Pintura de Zoltán
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