Fermín
J. Urbiola publica el libro “Palabra de Rey” en Espasa
Julia
Sáez-Angulo
Estando las cosas como
están para la monarquía española, el escritor y periodista navarro Fermín J. Urbiola
acaba de publicar su libro “Palabra de Rey, editado por Espasa. Tuvo una
presentación de lujo con el presidente de las Cortes Españolas, Jesús Posada, número
tres en el poder político, que habló del libro en Madrid.
Urbiola, que actualmente dirige un gabinete de Comunicación
para empresas y personas, ha escrito otros dos libros dedicados a personajes reales:
“Nacida para reina. Fabiola, una española entre los belgas” y “La sonrisa que
cautivó a España”, dedicado a la reina Sofía al cumplir sus 60 años, celebrados
entre lágrimas por las críticas al libro que le hiciera Pilar Urbano.
La
monarquía española no pasa por su mejor momento, frente a la inglesa, por
ejemplo, que después del asunto Diana de Gales/Carlos de Inglaterra, ha sabido
superarse por la Reina Isabel II, sobre todo en el último 60 aniversario de su
reinado. En España los Reyes no celebraron sus bodas de oro (Atenas 1962porque
no estaban los tiempos para fastos familiares. La Casa Real española se limitó
a enviar un CD de fotos y a decir que no habría celebración.
Urbiola
ha hecho un relato del Rey de España, que va de la legalidad a la legalidad, cumpliendo
su palabra y su misión de llevar la democracia a los españoles desde una
dictadura en la que él estuvo cerca de Franco, a una salida monárquica si n
traumas, con su figura como poder compensador y conciliador.
Los
discursos y mensajes a los españoles recogen su pensamiento, ideas y creencias como
rey y se acogen en el libro. “Juan Carlos supo callar durante el régimen
franquista, y liderar el cambio desde el inicio de su reinado en 1975”, se dice
en el libro “Palabra de rey”, que a su vez reconoce la “inestimable
colaboración de la reina, con su lealtad”.
Después
de un prólogo, los capítulos recogen palabras textuales y entrecomilladas del
monarca, que dan una cercanía de su figura, más allá de la imagen hierática de
un rey distante.
Don Juan Carlos es nuestro Rey
Pese
a sus defectos, queremos al rey porque es nuestro, el que de verdad enarbola la
Corona de España tan necesaria para equilibrar un país centrífugo, pero nos
gustaría que fuera más controlado y exigente en su vida privada, porque “un
político no la tiene”, al decir del proverbio inglés y él es la primera
Magistratura del Estado.
Nos
gustaría un rey con más poder moderador antes de que sucedieran las cosas, como
no sucedió o no lo hizo ante la inconveniente renovación de ciertos Estatutos
de Autonomía, para así no dar la razón a Franco cuando hablaba de los “demonios
familiares” que disgregan.
Querríamos
un rey menos rico y más sobrio. Sus amigos ricos no siempre gustan y acaban por
restarle prestigio y acaban laminarlos, según la habilidad clásica del
borboneo. Incluidos algunos impresentables árabes del petróleo, de los que hay
que huir aunque den comisiones.
El
Rey de España es nuestra máxima institución y merece respeto y no esa broma
sucia y macabra que le hicieron en la TV catalana. Pero el rey de España ha de
saber ser leal a sus compromisos, incluidos los privados y matrimoniales. Un
rey picaflores es patético, sobre todo ante las mujeres y esposas, la propia y las
ajenas. “Nobleza obliga” y no debe caer en lo que Ortega y Gasset denunciaba:
en España, la nobleza se desobliga. Él, don Juan Carlos, es Rey, pero no está
por encima de nadie en el campo de la lealtad o fidelidad a los compromisos
adquiridos.
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