La Galería Elvira González expone la obra de Roger Ackling
L.M.A.
La Galería Elvira González ha inaugurado la tercera exposición individual en la galería del artista Roger Ackling (Isleworth, Reino Unido, 1947). La muestra, titulada Inside Out: Outside In, recogerá una treintena de pequeñas piezas realizadas recientemente.
Roger Ackling lleva más de cuarenta años creando sus obras mediante el mismo método. A través de una pequeña lupa de mano, concentra la luz solar sobre piezas de madera que va encontrando en sus paseos por la naturaleza. Con esta técnica, la superficie de la madera queda trazada con surcos y formas, fruto del haz de luz que la quema. Así, es la energía solar la que crea un dibujo en relieve sobre los troncos, cortezas o palos recogidos del campo.
El artista trabaja en contacto directo con la naturaleza y no en un estudio. Solo, sentado directamente sobre la tierra, con el sol a la espalda y sosteniendo en la mano izquierda la pieza de madera y en la derecha la lupa, concentrado únicamente en su obra, no hay pensamientos que le ocupen, el mundo exterior deja de estar presente. Es en este momento solitario y único cuando entra en contacto directo con su obra dotándola de existencia.
“Podría decirse que trabajo con la luz”, explicó el propio Ackling en una entrevista concedida en 2007 a la diseñadora Gabi Bolton, “no estoy interesado en usar el color, sino que es más una cuestión de luz y de oscuridad”. Así, para esta línea de trabajo, el artista eligió las maderas que comenzó a recoger e intervenir “como si fueran elementos con los que jugar, para poder decir después que estaba ‘quemando’ un cuadro”.
Roger Ackling pertenece a la generación de artistas que se graduó en la St. Martins School of Art de Londres en los sesenta. Junto con sus compañeros y amigos Richard Long y Hamish Fulton, entre otros, integraron una generación que aspiraba a sacar el arte fuera del estudio del artista. Para ellos la escultura podía ser cualquier cosa que quisieran: una paseo por el campo, un viaje en bicicleta por Francia o, como en el caso de Ackling, una pequeña pieza de madera marcada por el sol.
Roger Ackling ha realizado un gran número de exposiciones individuales en galerías, museos y centros de arte de todo el mundo. Su obra está incluida en diversas colecciones internacionales de relevancia, entre las que se incluyen la Tate (Londres), el Arts Council of Great Britain (Londres), el British Museum (Londres), el Fonds National d'Art Contemporain (París), el Hiroshima Museum of Contemporary Art, el Stedelijk Museum, (Ámsterdam) o el Stegaya Art Museum (Tokio), entre otros.
Roger Ackling lleva más de cuarenta años creando sus obras mediante el mismo método. A través de una pequeña lupa de mano, concentra la luz solar sobre piezas de madera que va encontrando en sus paseos por la naturaleza. Con esta técnica, la superficie de la madera queda trazada con surcos y formas, fruto del haz de luz que la quema. Así, es la energía solar la que crea un dibujo en relieve sobre los troncos, cortezas o palos recogidos del campo.
El artista trabaja en contacto directo con la naturaleza y no en un estudio. Solo, sentado directamente sobre la tierra, con el sol a la espalda y sosteniendo en la mano izquierda la pieza de madera y en la derecha la lupa, concentrado únicamente en su obra, no hay pensamientos que le ocupen, el mundo exterior deja de estar presente. Es en este momento solitario y único cuando entra en contacto directo con su obra dotándola de existencia.
“Podría decirse que trabajo con la luz”, explicó el propio Ackling en una entrevista concedida en 2007 a la diseñadora Gabi Bolton, “no estoy interesado en usar el color, sino que es más una cuestión de luz y de oscuridad”. Así, para esta línea de trabajo, el artista eligió las maderas que comenzó a recoger e intervenir “como si fueran elementos con los que jugar, para poder decir después que estaba ‘quemando’ un cuadro”.
Roger Ackling pertenece a la generación de artistas que se graduó en la St. Martins School of Art de Londres en los sesenta. Junto con sus compañeros y amigos Richard Long y Hamish Fulton, entre otros, integraron una generación que aspiraba a sacar el arte fuera del estudio del artista. Para ellos la escultura podía ser cualquier cosa que quisieran: una paseo por el campo, un viaje en bicicleta por Francia o, como en el caso de Ackling, una pequeña pieza de madera marcada por el sol.
Roger Ackling ha realizado un gran número de exposiciones individuales en galerías, museos y centros de arte de todo el mundo. Su obra está incluida en diversas colecciones internacionales de relevancia, entre las que se incluyen la Tate (Londres), el Arts Council of Great Britain (Londres), el British Museum (Londres), el Fonds National d'Art Contemporain (París), el Hiroshima Museum of Contemporary Art, el Stedelijk Museum, (Ámsterdam) o el Stegaya Art Museum (Tokio), entre otros.
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