Gabriel Josipovici se
pregunta en su libro “¿Qué fue dela modernidad?”
Josipovici
Julia Sáez-Angulo
“¿Qué
fue dela modernidad?” es el título del libro de Gabriel Josipovici (Niza,
Francia, 1940) donde se cuestiona los porqués y la diferencia entre artistas
del movimiento moderno, a primeros del siglo XX y los actuales. Todo un reto de
investigación que el autor trata de atisbar después de una prolongada
investigación, que viene desde sus estudios en Oxford. La traducción del libro es
de Gregorio Cantera.
Después
del prefacio, el autor escribe un texto titulado “No hay palabra que no me
lleve a ponerme en guardia”, en el que habla, entre otras cosas, del abatimiento
de Mallarmé a los 23 años ante la dureza y resistencia de la creación
literaria.
El
volumen “¿Qué fue dela modernidad?” se divide en tres partes con los
respectivos epígrafes: El
desencantamiento del mundo; Modernidad, y Ayer, hoy y mañana. El libro, que cuenta con algunas
ilustraciones, se completa con abundantes e intensas notas al final del mismo.
“Con
Burnes y otros escritores ingleses de su generación, como Martin Amis, Ian McEwan,
Blake Morrison, o el crítico John Carey (que pertenece a una generación
anterior pero es incondicional de ellos, me pasa una cosa: que al leerlos tengo
la impresión de que el mundo y yo hemos empequeñecido, hemos mermado”, escribe Gabriel
Josipovici y continúa:
“Sin
duda, ellos responderán al instante: eso es lo que pretendíamos, dar buena
cuentas de tales ilusiones. Solo que no me los creo”.
Gabriel
Josipovici da tres razones de por qué se ha llegado a todo eso de cierta
altanería pequeño burguesa. “En últimos extremo, todos han bebido de Philip
Larkin, cuyo estilo y cuya forma de ver
el mundo tanto aprecian los ingleses y eso es de los escritores más seguidos de
su generación”.
“Por
chocante que parezca, nos ha tocado una época en la que, si bien, toda “petulancia”
levanta ampollas, se da por bueno lo serio y lo “profundo”, de forma que se
presta atención a interminables relatos acontecidos en Ruanda o en Bosnia por
no hablar de esas ampulosas novelas históricas que recurren a un “tono ampuloso”
que alas novelas, pongamos por caso , P. G. Wodehouse o Robert Pinget”, señala
el autor del ensayo.
La
tercera razón para Gabriel Josipovici es la de que “smos la primera generación
que ha asistido al maridaje del Arte con mayúscula y la moda, con alborozo de
ambos. “…) “Vivimos una época en a que arte y espectáculo son una misma cosa”,
concluye.
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