Jacobo Alba, Novela
sobre el padre de la Duquesa de Alba
Julia Sáez-Angulo
Los duques de Alba son los nobles que despiertan más interés
entre los españoles, quizás por su antiguo linaje en un país donde pronto se
abortan las tradiciones. Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó (Madrid, 1878-Lausana.
Suiza, 1953)-, XVII dique de Alba y
padre de la actual duquesa Cayetana ha sido objeto de una vida novelada por la
periodista Emilia Landaluce.
Una
novela histórica si se quiere utilizar la terminología al uso, si bien la autora
confiesa que ha alterado algunos lugares, fechas y nombres –lo que produce
cierta perplejidad-, dada la dificultad que ha tenido para acceder a los
archivos privados. El libro lleva una cronología que ayuda a centrarse al
lector en el periodo histórico en que se desarrolla la vida de este hombre
La
publicación corre a cargo de la editorial La Esfera de los Libros.
El personaje tiene uno ingredientes ciertamente novelescos.
Siempre fiel a la monarquía, incluso en los tiempos de Franco, lo que no
impidió que aceptara ser embajador de España en Londres en tiempos del dictador.
Utilizó sus relaciones con la familia real inglesa y su amistad con Winston Churchill
para favorecer las relaciones de Gran Bretaña con España. Abadonó la embajada
de Londres cuando Don Juan de Borbón hizo el manifiesto monárquico en Lausana
en 1945.
Hombre culto y erudito restauró el palacio de Liria, obra
que fue continuada por su hija después de la guerra civil de 1936-39.
Un personaje de los tiempos en que nobleza y honor iban
unidos –hoy resulta obsoleto a juzgar por algunos de los consortes de la propia
nobleza y realeza. Jacobo Fitz-James Stuart, un hombre de gran patrimonio económico,
fue diplomático, político, mecenas, viajero
cosmopolita y personaje de la alta sociedad. Se dice que estuvo secretamente
enamorado de la reina Victoria Eugenia, la esposa de Alfonso XIII, su buen
amigo, el rey, al que le unió una gran lealtad.
Jacobo
Fitz-James Stuart quedó viudo muy
pronto, pues su esposa Rosario falleció de tuberculosis dejándole una única
hija, Cayetana que fue la pasión de su vida. Unos opinan que la educó muy bien
y otro que no tanto. El resultado está a la vista en la XVIII duquesa de Alba,
cuya trayectoria es cuanto menos polémica en los distintos sectores de la sociedad
española.
En suma, un libro ameno sobre un personaje fino y admirado de la nobleza española de los que pensaban de veras que “Noblesse oblige”. Lástima que se empecinara en seguir llevando el apellido de bastardo británico y no recuperara el Álvarez de Toledo de la cuna de los Alba.
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