PATIOS TOBOSEÑOS, JORNADAS DE PUERTAS ABIERTAS
patio toboseño
Un año más coincidiendo
con la festividad del Corpus, vuelve a mostrarse el esplendor de los Patios
toboseños, que llega a su cuarta edición.
Dentro del
rico y amplio patrimonio artístico toboseño uno ellos son los patios, legado
conservado en toda su magnificencia, que son una muestra de los tesoros ocultos
en el interior de las elegantes casas señoriales toboseñas.
La variedad de
los patios que se muestran van desde lo patios de las casas típicamente
castellanas, con su influencia toledana, a los patios manchegos de las magníficas
moradas de labranza pasando por los patios de las casas de principios del siglo
pasado, que correspondían con las viviendas de los propietarios de las
importantes explotaciones agrícolas de aquella época.
Patios con los
cánones de las casas castellanas, con dos plantas, armoniosas columnas de
piedra que soportan elegantes corredores de madera, suelo empedrado inscrutados
con piedras haciendo dibujo de cachemir y que se acceden después del zaguán, de
origen árabe, que han recibido la visita de ilustres y aventureros viajeros de
los siglos XIX y XX, como Jaccaci, Urrabieta Vierge, Azorín, Benito Peréz
Galdós,…que describen las casas y los patios en sus escritos y libros e incluso
con ilustraciones como las de Carlos de Haes, que nos pinta el exterior de un horno, dónde se encuentra
el soberbio patio, conocido como de las murallas del siglo XIII-XIV, con dos
puertas de doble arco ojival de influencia mudéjar.
También se
pueden contemplar patios en casas que guardan valiosos oratorios, como la
conocida casa de Mergelina, con una bóveda decorada con frescos de la escuela
toledana de lo siglos XVII y XVIII; resaltar que a esta casa señorial se accede
po una puerta con soberbio dintel y pilares de piedra y elegante escudo
nobiliario.
Hay patios
manchegos con una gran amplitud, dónde
están armónicamente unidos las estancias principales de los moradores con los espacios de las labores: pesebres, caballerizas,
gallineros y corrales y también se muestran la riqueza etnográfica de las
labores agrícolas y ganaderas.
Por ende, las calles toboseñas se
engalanan para la celebración solemne, festividad que año tras año ha ganado
tanto religiosamente como ornamentalmente: toldos decorativos en el recorrido procesional,
dibujos florales para adornar el paso del palio y convertido en alfombra de
sugerentes colores, balcones y ventanas enramadas que desprende aromas de
plantas silvestres, como el tomillo y el romero entremezclado con el
embriagador olor de las flores y el perfume del incienso.
Desde el
Ayuntamiento se anima a visitar El Toboso para conocer y disfrutar de este
valioso patrimonio como referencia importante del turismo regional y nacional,
tanto en su vertiente cervantina como patrimonial-cultural, donde la hostelería
local se implica con una variada y suculenta gastronomía.
Un fin de
semana en la Patria
de Dulcinea dónde podrá disfrutar y deleitarse de secretos, aromas, colores,
sabores y sobre todo, recibidos,
acogidos por un gran ambiente y amabilidad
de los toboseños.
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