Julia
Sáez-Angulo
Es su primer libro de poemas. Esther Lucio Merino (Madrid, 1965) es la
autora de Cómo trabajar en una duna,
libro publicado por la editorial Devenir.
Poemas
intensos, sutiles, sugerentes, breves en muchos casos. Esther Lucio anuncia una
buena trayectoria literaria en la lírica. Desde 2011 es miembro del consejo de
redacción de la Revista de Poesía conversos.
Solo yo / reconozco/ el luto de mis
huesos, dice uno de sus poemas.
Ada
Salas, en el interesante comentario titulado “De lo que ya no existe”, previo
al libro de Esther Lucio, escribe: “El verso como brasa de lo que fuera
incendio. Brasa, ceniza: el verso como resto (…) las palabras son una forma de
muerte, lo que puede ser dicho está cadáver, y el poema es un extraña
certificado de defunción”.
Afila el lápiz./ Tendrás palabra / y
sed/ cuando anochezca, es otro de los
poemas de Esther Lucio. O el titulado “Vademécum” que dice: No puede atravesarse / la vida / antes de haberla
alcanzado.
El poeta “trabaja con el olvido reconstruyendo con la memoria del poema
(una memoria irreal, necesariamente fantasmagórica) una forma de olvido: el
poema”, señala Ada Salas en su reflexión.
En el
poema “La Noche”, la poeta madrileña escribe: La noche una emoción amanecida. / La vida un fértil suelo acurrucado. /
El tiempo, / una lesión inoportuna.
Los versos de E. Lucio resultan en su concepto de madurez.
Los versos de E. Lucio resultan en su concepto de madurez.
Por su parte, Ada Salas concluye: “La esencia del poema es paradójica:
ha de estar bien muerto para tener la más mínima posibilidad de estar vivo”.
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