Julia
Sáez-Angulo
23/05/15.- María Jesús de
Frutos expone sus últimas pinturas bajo el título “Colores de Milonga” en la
Casa de Vacas de Madrid. La muestra, que permanecerá abierta hasta el 27 de
mayo, se compone de medio centenar de obras, con el estilo expresionista y
colorista que caracteriza a la autora. El cineasta José Luis Garci escribe en
el catálogo publicado para esta exposición.
María Jesús de Frutos (Segovia, 1949), residente en Madrid, es profesora de enseñanza primaria y
estudió Dibujo y Pintura en la escuela de Nieves Solana y Paisaje con el profesor
J. Pedraza y en el III curso de Albarracín. Es miembro y fundadora del
colectivo Estudio 7.
Admiradora de la iconografía
del pintor francés Toulouse-Lautrec y fascinada por el baile del tango en las
calles de Buenos Aires, M Jesús de Frutos decidió tomar el tango y el baile de
cabaret o de café cantantes en su repertorio iconográfico central de esta
exposición.
En el primer espacio de la
Casa de Vacas, la pintora aborda bodegones o naturalezas muertas a gran escala,
que restallan de modo vibrante por su colorido.
También ofrece dos paisajes urbanos de casas escalonadas al más puro
estilo cezanniano, de gran impacto geométrico, referidas a Segovia, su ciudad
natal.
En el espacio amplio y
central, los cuadros del cabaret, cafés cantantes y los tangos, que ocupan a
veces las dimensiones del mural a base de dípticos o trípticos, que hacen más
llevadero el traslado de las piezas. Muy bueno el tríptico de la entrada a la
exposición, donde los personajes en torno a una mesa cobrar un protagonismo
diferenciado de grandes burgueses disfrutando de una copa. La poética es tan intensa
que se acerca a la de Georges Grosz, aquel pintor dandy comunista germánico de
los años 30 y 40.
De las cuatro parejas de
tanguistas, tres cobran asombroso movimiento de danza, digno de elogio.
El resto
de obras, a gusto del espectador: posturas despatarradas en la mujeres, muchos muslos,
glúteos y senos prominentes, a veces en primer plano, robando la mirada
principal y lujo arcaico, alegría alocada y melancolía de estos cabarets que ya
fueron y se acercan al burdel con frecuencia.
En suma,
una exposición que revela una buena dibujante y colorista, que muestra también
sus retratos en el último espacio de la exposición, junto a unas Meninas. Buena
despedida con un cuadro en blanco y negro, de nuevo con el decadente tema del
baile en el cabaret.
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