L.M.A.
17.11.15 .- Madrid .- La pintora Carmen Lastra expone su obra
artística en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. La inauguración tendrá lugar
el próximo día 30 de noviembre a las 19,30 de la tarde, en la sala María
Zambrano de la planta sexta. El título de la muestra es Pretextos para las sombras y los
sueños, que permanecerá abierta hasta
finales de diciembre de 2016.
El escritor Jesús Pindado Usle escribe en el catálogo sobre la “pintora laredana de Cantabria afincada desde niña en Madrid. Presenta un conjunto de grabados de figuras, paisajes y bodegones. Aparte, se colocará una carpeta nutrida de dibujos del natural que, sin apartarse del realismo, imaginativamente superan el rigor de una representación mimética o descriptiva.
Sensibilidad ensoñadora
Nadie
tiene o vive un solo mundo o ideas y concepciones normativas fijas. No es
posible y esto ya se aprendió hace mucho con Galileo, Freud o Einstein y lo
sospecharon, incluso, los clásicos artistas de la "simulación" y de
la más o menos representación realista que va del siglo XIV a finales del XVIII
y llega a cierto término un poco después con Rodín. Y Carmen de la Lastra no
necesita reflexionarlo, pero lo averigua y constata con el ejercicio artístico
de sus variaciones, sus "ritmos" y una experiencia de artista con
pocos paréntesis y exquisitas variaciones. Algo ha venido siendo muy estable en
su predominante estética tras haber pasado por la triple formación -dibujo,
pintura y diseño con Eduardo Peña en la Plaza Mayor y en "Fae"
respectivamente, Grabación en Artes Gráficas y Cerámica con Consuelo
Tutorica- como lo muestra su laborioso currículum.
Los
elementos principales se suceden o combinan con la atenta observación del
natural a modelos de figuras, paisajes o bodegones y además el menos consciente
pero también importante añadido de su sensibilidad fantástica y ensoñadora con
ocasiones de calculado trabajo decorativo.
Verificación crítica
¿Cuánto hace ya que puse unas líneas de introducción a otra
exposición de aguafuertes de Carmen?. Fué en 1985 en y para su exitosa
exposición en Santander. Pero han sido notables críticos quienes en diversos
lugares y tiempos han avalado, asimismo, las diversas facetas artísticas de su
quehacer: Antonio M. Campoy, Mario Antolín, Mercedes Herrero de
Padura ("serenidad y melancolía"), Raúl Chávarri (sobre
las "pinturas metafísicas" cuando ella ilustró "La
lozana andaluza" para "Afanías"), el sencillo y
sabio etnógrafo vasco, D Julio Caro Baroja (elogiando en el 86 el
fruto de la experiencia), o el profesor César Aguilera de la Complutense quien
sin dudar la caracterizó como "musa romántica".
Cuota poética
Los
poetas también han tenido algo que decir y lo han hecho. Por ejemplo, Francisco
Toledano prestó su inspiración poética a cada grabado con motivo de la carpeta
"Luz de cobre y de barro" que en su día se presentó en la
galería "Orfila" en Madrid. En esa ocasión, todos los
grabados de jarrones y cerámicas se vendieron excepto la carpeta que
graciosamente Carmen donó a Francisco Calvo Serraller, quien
siempre contaba con ella para su curso de arte en la Universidad Menéndez
Pelayo de Santander.
No son menos certeras y poéticas las
palabras que varias veces ha destinado Julia Sáez Angulo gentilmente.
Convicción ornamental
Carmen
Lastra, de no ser por el adiestramiento geométrico y el interés por la
modernidad, bien podría ser una artista contenta entre los estilos de Arts
and Crafts y el Nouveau. Junto
a la categoría de su pintura, tampoco rehuye la laboriosidad artesana y
ornamental de las lámparas-vidriera "Tiffany's"
que diseña, corta, pule, emploma y monta en el Centro Cultural de Aravaca.
Trabaja también domésticamente con el mismo interés "tocados para
ceremonia" o la cuidada encuadernación artística elaborando los
motivos para las portadas en piel (pieles de colores con paisajes y objetos),
de madera o cartón cosiendo con el bastidor e instalando las guardas y titulando
para imprimir. Como Marañón reclamaba vocación para los médicos puede invocarse
la de la estética para la artista y no hay más límites que su autoexigencia y
el temperamento, pero de esto digo algo en el último epígrafe.
Conclusión
En
el relativista posmundo en que estamos, entre lo represivo, la imaginación y la
experiencia, Carmen Lastra parece desenvolverse entre la belleza, la ingenuidad
y el amor por su plena dedicación artística. No tengo conclusión, sin
embargo, porque sigue en activa producción. Acaso destacaré la armonía y
serenidad que a través de las actividades artísticas le dan oportunidad, sin
duda, de una placentera complacencia con la que tal vez compensa -o alivia- la
inoperante tentación de la melancolía.
El
resultado no es necesario decir (porque puede contemplarse) que es altamente
satisfactorio para quienes somos espectadores. Su logro, a estas alturas, está
muy definido y su capacidad estética perfectamente consolidada: Carmen disfruta
con la belleza al crearla y nos hace gozar noblemente a quienes coparticipamos
de su obra.
Carmen Lastra, en definitiva, urde
sus relatos artísticos como pretextos para atrapar las sombras y los sueños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario