RUINAS DE BAELO CLAUDIA |
En la provincia de Cádiz, en la playa de Bolonia, ubicada a unos 22 Km de Tarifa, lugar paradisíaco si no fuera por los vientos que con frecuencia azotan la zona, se encuentran las ruinas de la ciudad romana denominada en su momento Baelo y más tarde Baelo Claudia, cuando el emperador Claudio le otorgó el rango de municipio.
La ciudad construida en el siglo II a. C. sobre un asentamiento fenicio, en un lugar tan estratégico como es la zona del estrecho de Gibraltar, desde sus orígenes estuvo ligada a la pesca, la industria conservera y al comercio con el norte de África (especialmente con Tingis, la actual Tanger).
A ella se refería ya Estrabón, geógrafo e historiador griego que, aprovechando la pax romana instaurada con Augusto, recorrió buena parte del mundo de su época. Conservamos casi toda su obra Geografía, escrita entre el año 29 a.C. al 7 d.C. Esto dice Estrabón en el libro III, dedicado a Iberia:
“Baelo es un puerto donde generalmente se embarca hasta Tingis, en Mauritania. También es un emporio que tiene fábricas de salazones”
En una estancia veraniega en la Universidad de Cádiz, hace bastante más de veinte años, conocí Baelo por ser referente, como queda dicho, de la industria pesquera y de salazón de época romana.
El pasado verano, con motivo de presenciar una versión moderna de Las Bacantes de Eurípides que se representaba en los restos del teatro romano de Baelo, he vuelto. El cambio durante los años transcurridos es espectacular. Los avances en el estudio de los yacimientos arqueológicos, la presentación a público y la creación del Museo han cambiado por completo el aspecto de la ciudad.
Baelo bien merecen una visita. El viajero, con los restos arqueológicos que puede visitar y las didácticas referencias del anejo Museo, conocerá de primera mano –o volverá a recrearse de nuevo- una ciudad romana con todos los elementos que integran su urbanismo (foro, termas, basílica, templos, edificios administrativos, mercado, muralla, necrópolis extrarradio, etc.). Amén de observar in situ los restos de un humilde barrio obrero y la factoría dedicada a la fabricación de salazones de pescado, donde, entre otras cosas, aún podrá ver las piletas excavadas a ras de tierra donde se hacían los salazones (alternando capas de pescado y sal) y también otras piletas más pequeñas y de forma diferente donde se preparaba el archifamoso -y caro- garum, el producto estrella, sólo al alcance de los más pudientes: especie de salsa o crema que servía para acompañar a muy diversos manjares y que también -se decía- tenía la propiedad de estimular el apetito.
RESTOS DE LAS PILETAS DE LA FACTORÍA DE SALAZONES |
El visitante podrá conocer, con ayuda de los audiovisuales del Museo, cómo los habitantes de Baelo, ya en esos lejanos siglos, capturaban el atún con el sistema de almadraba y cómo, una vez llegado a la factoría, se despiezaba y se lo sometía al proceso de salazón. Posteriormente era envasado en ánforas, que se cerraban herméticamente con disco un de arcilla y se depositaban en los almacenes en espera de la llegada de los barcos que debían transportarlas.
Las condiciones naturales de la zona donde se ubicó Baelo Claudia eran -y continúan siendo a día de hoy- excepcionales para la pesca en almadraba dado que es lugar de paso de la migración anual del atún entre el Atlántico y el Mediterráneo.
Este tipo de pesca y la industria de salazón fueron las causas fundamentales del nacimiento y prosperidad de la ciudad.
Si el visitante va en verano -y se tiene la precaución de reservar anticipadamente entrada- se podrá también disfrutar de la grata experiencia de ver representada una obra griega o latina en un teatro romano, construido casi al mismo lado del mar. Ello es así porque el teatro romano de Baelo ha sido incluido en el grupo de Teatros romanos de Andalucía, que anualmente ponen en escenas obras clásicas.
Para quienes quieran conocer más de Baelo, les recomiendo visitar su portal y conocerla, al menos, en una visita virtual:
http://www.museosdeandalucia.es/cultura/museos/CABC
¡Seguro que me lo agradecerán!
RESTOS DEL TEATRO |
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