Julia
Sáez-Angulo
25.04.2016
.- “Todo irá bien” es la obra escrita y dirigida por José Manuel Carrasco,
representada en la sala Jardiel Poncela del Teatro Fernán Gómez, con Pilar Bergés, Ignacio Mateos, Laura
Barceló y Juan Dávila como actores protagonistas.
Una
actuación que hace muy creíbles a los personajes, antiguos compañeros de
instituto, cuatro treintañeros que trabajan con un ritmo trepidante y que
cautivan al espectador, quien aplaude a rabiar al final de la función, al menos la
del domingo día 24 de abril de 2016.
Cuatro
chicos de barrio, con trabajos en un supermercado –una en paro- o repartidora
de correos y un filólogo deprimido. Todo transcurre en una cadena de
encuentros, algún malentendido, pequeñas fijaciones, diminutos orgullos y el
amor que siempre parece emerger en el conflicto, aunque en la obra no da lugar
a sentimentalismos románticos.
Un
lenguaje coloquial de barrio, de treintañeros que saben de la vida pero que no
acaban de acomodarse del todo a ella, pese a lo cual cultivan también
esperanzas. Se quieren, pero se dicen verdades con crudeza; se utilizan pero se
ayudan en momentos clave. Se quieren a su manera brutal a veces, salvaje y sin
compromiso.
Las
situaciones se presentan en más de una decena de escenas a modo de asaltos, ya
que la representación transcurre en una suerte de ring entre cuerdas. Una veces
gana uno y otras otro, para quedar en tablas, porque la vida sigue con su
terquedad en los conflictos.
El
público lo pasa bien, mira la representación del teatro como un espejo de lo
que hay, de la realidad de muchos treintañeros que tuvieron sueños y quedaron
varados en pequeños oficios sin pretensiones, aunque a veces se crean a sí mismos como pequeños
machos o con seguridad por haber obtenido una plaza de cartero.
Todo irá bien pone un espejo a lo largo
del camino y hace reír en medio de cierta inconsistencia y amargura. “me río
cuando estoy nerviosa”, dice Pilar, la protagonista principal, que está
soberbia en su papel, interpretado por Pilar Bergés. Juan Dávila, sencillamente perfecto en su papel de hortera; Laura Barceló, muy bien caracterizada e Ignacio Mateos, un diez en su fisonomía de cuitado.
El
autor, José Manuel Carrasco, ha sabido buscar la complidad del espectador en esta
obra que es una comedia/tragedia con mucha marcha, mucho humor y buen saber
hacer.
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