Áureo es uno de los
pocos artistas contemporáneos alcazareños hoy activo. Su acercamiento al arte desde su primera juventud le hace ahora tener una serenidad de
producción muy estimada en su entorno. Crecido en el auto-didactismo y recogiendo premios, reconocimientos y
galardones en muchas convocatorias, ha sido maestro de aficionados y de
pintores. Ahora en el comienzo de la madurez, nos trae una obra mas joven que
nunca en un renovando esfuerzo de contar su particular visión del mundo.
En general su
trabajo evoluciona desde registros más oscuros de los años ochenta hasta
momentos llenos de luz donde la dominancia de los blancos es superior y llena
la obra de exquisita suavidad.
*
La exposición que
ahora nos ofrece Áureo es un triple acierto en la propuesta del artista, porque
hablar de Áureo no es hablar de un pintor sino de un Artista Polifacético
dedicado a las artes plásticas en general y con alguna incursión a las artes
escénicas.
Uno de los grandes
aciertos de la exposición es poner de manifiesto que el uso de los espacios
industriales, incluso sin considerar especialmente sus condiciones geográficas,
es perfectamente compatible con las manifestaciones
artísticas. Efectivamente no es nada nuevo aunque en nuestra tierra
resulte muy novedoso, desde los años
sesenta es una practica habitual en la Europa del arte y desde los ochenta en muchas
geografías industriales para todo tipo de actividad artísticas. De ejemplo
El Matadero madrileño.
Pero en esta
ocasión Áureo ha acertado convirtiendo la antigua fonda de la estación
ferroviaria en sala temporal de exposiciones, no solo por el uso del espacio,
sino por la simbología, que acarrea esta puerta de la ciudad como una puerta al
arte contemporáneo. E incluso en los conceptos del “art povera” italiano.
El segundo acierto
de Áureo es el tratamiento global del
espacio. El artista ha querido y ha sabido convertir el propio espacio en una
obra artística, integrando las paredes en la exposición, para ello nos regala
un mural que preside la pared oriental de la sala, en el que aprovechando sus
características la encardina en la exposición. En este sentido de la geografía,
con esta exposición de Áureo se genera un corredor local del arte que tiene
como una puerta esta exposición de Ausencias y Presencias y como otra puerta la
de la galería de arte Marmuran dedicada en mayo a Ángel Lizcano.
Pero de todos, el
acierto principal es la obra que nos presenta, una colección de 20 piezas entre
las que encontramos pintura, escultura y esculto-pintura, que dan una clara
idea del proyecto del autor.
Si bien es verdad
que la variedad de materiales de soporte es amplia y va desde el metal al
lienzo, la madera, el barro….El soporte de la exposición en si; es el cristal.
El soporte-lenguaje, es su proyecto de cajas que ya hemos visto en otras
ocasiones de manera mas aislada.
Ahora nos pasea el
artista por un conjunto de pinturas sobre lienzo con acrílico, que nos introducen
en un mundo onírico de sugerencias, veladuras, difuminados y suavidad. Para
presentarnos este conjunto de intenciones en soportes de cristal como cuadros
que dan una personalidad a la pared donde se encuentran sin alterar su espacio,
como una sonrisa, un guiño o la levedad de un soplo de aire. Contemplar y vivir
esta propuesta artística de Áureo, nos lleva a un lenguaje silencioso y
profundo a un remanso de serenidad llena de contenido, donde la presencia
humana es permanente en todo momento.
Hemos visto a veces
a Áureo como pintor abstracto y no es certera esta idea. Áureo es un artista
que utiliza diversas técnicas de expresión, entre ellas la pintura, que por mas
extendida, es la mas conocida. Y Áureo no es un artista abstracto, realiza una
obra donde el figurativismo esta presente; a veces difuso, a veces velado y a
veces en claro contraste incluso en la ausencia. Aporta una obra muy personal y
actual.
La pieza principal
de la exposición es la que le da nombre. Ausencias y Presencias; consiste en un mosaico vidriera contemplable a
ambas caras de dimensiones aproximadas de 200 cm de alto por 400 de largo. Esta
compuesta de piezas de cajas de cristal a modo de paves, donde cada una tiene
un tratamiento artístico distinto en sus dos caras vistas.
Nos encontramos
ante ella con la necesidad de poder contemplarla detenidamente y absorber de
sus ventanas las ideas e intenciones del artista, las emociones que emanan y el
mundo que representan. Este nuevo modelo de vidriera contemporánea nos transporta
también a un modelo de organización y necesidad social muya actual, que se
caracteriza por la potenciación de lo tecnológico, el cuidado personal, la
higiene global y la salud, la significación de la individualidad entre otros
valores. El autor pone de manifiesto estas cosas en su obra y pone de
manifiesto su obra en el mundo como objeto artístico y como propuesta
comprometida
La exposición
estará abierta hasta el 31 de mayo en la antigua fonda de la estación
RENFE de Alcázar de San Juan (anden principal) con horario diario, de 20 a 22h
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