Julia Sáez-Angulo
Un
profesor de Instituto, un padre trabajador en refinerías de aceite, casado y
con hijos, un hombre con sentido del humor y 91 años, Juan Moreno Anaya, ha
escrito sus memorias a petición de muchos que le rodean, le conocen o le han
oído hablar de recuerdos. El título del libro: “Sucedió como te lo cuento”, a
la venta en las librerías, sobre todo las de Jaén donde ha sido muy celebrado.
Rosa
Moreno de Castro, la hija pintora en Madrid de Juan Moreno Anaya (Jaén, 1924)
habla entusiasmada de las memorias de su padre, que van dedicadas a su esposa Maripaz y
llevan en la contraportada una cita de Gabriel García Márquez: “La vida no es la
que uno vivió, sino la que uno recuerda, y como la recuerda para contarla”.
Se
afirma con razón, que detrás de cada vida se esconde una novela. En el caso de
la vida de Juan Moreno Anaya desde luego y no porque haya avatares de aventuras
viajeras, sino la propia aventura de la vida con sus encrucijadas y sus
decisiones o elecciones, con las personas que tiene al lado y que condicionan
y/o estimulan su vida. En suma: el yo y las circunstancias que decía Ortega y
Gasset. Despúes, los recuerdos escritos van más allá de la vida.
Sucedió como un cuento lleva en su
índice epígrafes como: Estancias del autor en Cataluña, Sevilla, “La colza y su
repercusión”, “Fin del juicio y secuelas”, “Misceláneas familiares”… Como se verá el aceite ha estado cerca de su
vida de químico bromatólogo.
Juan
Moreno Anaya nació en un pueblo jaenero, Cazorla, que apenas menciona, dentro de una familia
de “ricos de pueblo” distintos a los ricos de ciudad. Los olivos, la aceituna y las almazaras rodeaban el paraje.
Su abuelo, algo estrafalario, lucía bombín en la cabeza. En plena infancia o
pre-juventud “estalló la República”, toda una experiencia traumática a la que
seguiría la Guerra Civil de 1936-39 para los españoles.
Un
libro que se lee con interés, porque es el testimonio de un siglo XX que se
prolonga en el XXI.
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