M. DOLORES GALLARDO LÓPEZ
La ascensión imperial de Tréveris
se produjo en el período histórico del Imperio conocido primero como Diarquía -gobierno de dos- y posteriormente Tetrarquía o gobierno de cuatro.
En efecto, el emperador
Diocleciano, una vez llegado al poder
imperial, decidió dividir la administración del Imperio en dos mitades a
fin de que pudieran ser mejor atendidos los problemas que tan vastos territorios conllevaban.
Así pues en el año 285 nombró César a Maximiano,
excelente militar de origen panonio, para que se ocupara especialmente de la
parte occidental del Imperio. Diocleciano
detentaba el título de Augusto.
Sin embargo un año después
Diocleciano decidió promover a Maximiano al rango de co-emperador y a concederle también el derecho de usar el título de Augusto. Había por tanto dos Augustos. Uno se
encargaba especialmente de
occidente y otro de los
oriente. Es la Diarquía.
Después Diocleciano
decidió nombrar un César para
ayudar a cada Augusto. Así pues en el
año 293 promovió al rango de
César para occidente a Constancio, también llamado Constancio Cloro (para
oriente nombró a Galerio).
Esta forma de gobernar con
dos Augustos y dos Césares es lo que se conoce como Tetrarquía.
Sin embargo Diocleciano ostentaba la máxima autoridad y la capacidad intervenir en los asuntos de
cualquier territorio del Imperio. En resumen tenía la Auctoritas Senioris Augusti.
Maximiano fijó su residencia
oficial en Augusta Treverorum o
Tréveris. Así la importante ciudad del Mosela inició su andadura como ciudad imperial.
El siguiente emperador que
vivió en Tréveris fue Constancio I, también conocido como Constancio Cloro. Constancio devino en Augusto, es decir emperador, en el 305,
cuando dejó de serlo Maximiano.
La residencia oficial de Constancio fue siempre Tréveris. Él inició las
obras del palacio imperial de Tréveris.
Constancio, Constancio I como emperador, lo fue muy poco tiempo pues murió
en Britania en julio del año 306. Su hijo Constantino
estaba a su lado.
La muerte de Constancio Cloro inició el colapso del
sistema de la Tetrarquía.
Constancio I fue padre del
emperador Constantino I o Constantino
el Grande.
Constantino continuó las obras del palacio imperial e inició las
de las aún llamadas “Termas imperiales”. Ambas
quedaron interrumpidas tiempo después.
Durante casi veinte años Constantino sostuvo guerras contra sus rivales imperiales. Al fin unificó nuevamente Imperio bajo su única
autoridad. Dejó de residir oficialmente
en Tréveris y estableció su
capital orillas del Bósforo, en
Bizancio llamada ahora Constantinopla.
Tréveris recuperó su rango
de residencia y corte imperial cuando, con posterioridad a Constantino, se produjo la división total del Imperio en
dos mitades. Los emperadores de occidente utilizaron Tréveris como residencia oficial.
El emperador Graciano (gobernó de 367 a 383) finalizó el palacio imperial de Tréveris.
La basílica de Tréveris.
Que esta enorme construcción forma rectangular, construida en
ladrillo, formó parte del más espléndido pasado imperial de la ciudad quedó claro desde las
excavaciones de 1982/83.
Ciertamente la grandiosa
sala, hoy llamada “Basílica”, o
“Basílica de Constantino”, formó parte del desaparecido palacio imperial: fue el salón del trono imperial y con esa función
pervivió durante los siglos finales del Imperio.
Es la sala
más extensa que nos ha llegado de la antigüedad. Las dimensiones son excepcionales para su época: tiene en el interior 67 metros de largo por 27,5
de ancho, 30 metros de altura.
Es lo único que queda del palacio
imperial de Tréveris. Hoy día es una iglesia de culto protestante pero se permite sin
problema alguno el acceso al público.
EXTERIOR DE LA LLAMADA BASÍLICA DE CONSTANTINO |
El poeta Ausonio y el
emperador Graciano
Entre los años 364 y 368
residió en Tréveris el poeta y
rétor Décimo Magno Ausonio (Burdeos
310, Burdeos 395) pues el emperador
Valentiniano lo hizo venir allí para que educara a su hijo, el futuro emperador Graciano.
Ausonio, además de un prolífico escritor, fue uno de los últimos
grandes poetas latinos.
Entre otros muchos escritos de muy diverso tipo, compuso el
precioso poema El Mosela en el que describe los hermosos paisajes que
recorre este río, a orillas del cual está Tréveris.
Graciano, ya emperador,
encumbró políticamente a su maestro e
incluso lo promovió al consulado, que, aunque pálida sombra de lo que
fue en época republicana, era ambicionadísima
magistratura.
En cuanto Graciano -emperador de occidente entre el año 375 y el 383 d.C.- hay que recordar que dio
el golpe de gracia a la religiosidad oficial romana: pese a las protestas de
gran parte de los senadores, tomó la
decisión retirar de la sala de sesiones del Senado el altar de la diosa Victoria, símbolo durante siglos del Imperio
romano.
Octavio Augusto, tras el triunfo de la batalla de Actium (en ella
venció a Marco Antonio y Cleopatra y anexionó Egipto a Roma) ordenó poner en la
sala de sesiones del Senado una imagen en oro de la diosa Victoria y a sus pies
un altar. De alguna manera este altar fue considerado durante siglos el símbolo
del Imperio.
Posiblemente influido por S. Ambrosio (nacido en Tréveris), obispo de Milán, el joven emperador Graciano ordenó retirar estatua y altar, pese a
la legación que le envió el Senado para que no tomara medida tan contraria al
simbolismo del Imperio.
No hubo nada que hacer. Ordenó retirar estatua y altar y además,
por considerarlo incompatible con su fe cristiana, suprimió de la nomenclatura
oficial del emperador el título
de Pontífice Máximo, que desde Augusto habían llevado todos los emperadores.
También derogó los privilegios de los que gozaban las vírgenes
vestales, etc. Finalizaba la religiosidad imperial tradicional.
Con el emperador Graciano el cristianismo -legalizado por
Constantino I con el edicto de Milán en el 313- fue por primera vez la religión dominante en el Imperio.
Graciano murió asesinado en el 383. Ausonio regresó a su Burdeos
natal y se dedicó a escribir.
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Hoy día Augusta Treverorum o Tréveris/Trier, la ciudad donde vivieron emperadores romanos, está a tres
kilómetro del territorio luxemburgués, en el corazón de la Europa
de nuestros días.
Al sudeste de Luxemburgo está Schengen, pequeña localidad a orillas del río Mosela, viticultora como
no podía ser menos y cercana al punto
donde se unen las fronteras de Francia, Luxemburgo y Alemania. Allí se firmó el 14 de junio de 1985 el famoso
Tratado Schengen, que suprimió las
fronteras entre diversos países europeos y que hoy, como antaño, nos hizo nuevamente
sentirnos partícipes de una misma y única comunidad.
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