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Hoy sale a la
venta en España y en América Latina con una tirada inicial de
500.000 ejemplares.
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«Las hijas
del Capitán es un tributo a las mujeres capaces de hallar su lugar
en el mundo cuando los vientos soplan en contra. Y también a todos aquellos
empujados por la vida hacia la aventura, a menudo épica y casi siempre
incierta, de la emigración.» (María
Dueñas)
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L.M.A.
12/04/18 .- MADRID .- Nueva York, 1936. La pequeña casa de comidas El
Capitán arranca su andadura en la calle Catorce, uno de los enclaves de la
colonia española que por entonces reside en la ciudad. La muerte accidental
de su dueño, el tarambana Emilio Arenas, obliga a sus indomables hijas
veinteañeras a tomar las riendas del negocio mientras en los tribunales se
resuelve el cobro de una prometedora indemnización. Abatidas y acosadas por
la urgente necesidad de sobrevivir, las temperamentales Victoria, Mona y Luz
Arenas se abrirán paso entre rascacielos, compatriotas, adversidades y
amores, decididas a convertir un sueño en realidad.
Con una lectura tan ágil y envolvente como conmovedora, Las hijas
del Capitándespliega la historia de tres jóvenes españolas que se vieron
obligadas a cruzar un océano, se asentaron en una urbe deslumbrante y
lucharon con arrojo para encontrar su camino.
En Las hijas del Capitán, María Dueñas rinde homenaje a la
colonia española que residió en Nueva York durante las primeras décadas del
siglo xx,concentrada en
varios enclaves legendarios, entre los que se encontraba la calle Catorce. En
estos barrios transcurría, en gran medida, la vida de los casi 40.000
inmigrantes procedentes de todos los rincones de España, que en el momento de
la trama —años 30— trabajaban con coraje para construir una vida en la gran
ciudad.
En su camino, las hermanas Arenas se cruzarán con algunos personajes
históricos que pululaban por el Manhattan de aquellos tiempos, como el músico
Xavier Cugat, las semblanzas de Gardel y Margarita Cansino —Rita
Hayworth— y el verdadero conde de Covadonga, exheredero al trono de España
que acababa de renunciar a sus derechos por casarse con una hermosa cubana.
El tramo de la neoyoquina calle Catorce comprendido entre la Séptima y la
Octava avenida, al sur de Chelsea y al norte del Greenwich Village, fue
durante décadas el epicentro de la zona española del lado oeste de Manhattan.
Todavía son muchos los neoyorquinos que recuerdan hoy este enclave al que
algunos llamaron Little Spain.
El enclave más antiguo de la colonia, activo desde finales del xix hasta
los años cuarenta/ cincuenta aproximadamente, situado en el Lower East Side
junto a los muelles del East River, entre los puentes de Brooklyn y
Manhattan. Según los que allí vivieron y según consta en las referencias
documentales, gallegos, vascos y valencianos constituyeron la mayor parte
—aunque no la única— de su población. Inicialmente se trataba de gente
vinculada a la mar y el transporte marítimo: marineros, fogoneros, estibadores,
cocineros…
Posteriormente las actividades se fueron expandiendo, la llegada de
hombres solos se vio incrementada con la presencia de mujeres y familias
enteras. Repartidos por Cherry Street y sus calles cercanas, se
instalaron centros sociales como El Centro Vasco Americano y el Círculo
Valenciano, hospedajes legendarios como La Valenciana, la fonda de Juan Pons
o la pensión Garay, las sastrerías Faraldo y La Elegancia, las tiendas de
comestibles La Ideal y La Competidora Española, la bodega de Teodoro Rodríguez
y la pescadería Chacón, cafés y restaurantes como La Gran España, Castilla y
El Chorrito, propiedad del catalán Sebastián Estrada. Barberías, zapaterías,
pensiones, tiendas de ropa y billares constituían un abundante número de
establecimientos regentados por españoles.
Un tercer núcleo compacto de residentes españoles se instaló al sur de
Brooklyn Heights, en el área de Atlantic Avenue y sus alrededores (calles
Henry, Hicks, Willow, Joralemon…). En su origen, tal zona contenía un gran
número de tabaqueros, así como gente vinculada a la mar en los cercanos
muelles y astilleros. Entre sus instituciones sociales vigentes estaban el
Centro Andaluz, el Ateneo Hispano, la original sede de La Nacional y la
iglesia del Pilar.
Las anteriores novelas de María Dueñas, El tiempo entre costuras, Misión
Olvido y La Templanza, han conquistado a millones de
lectores y han confirmado a su autora como una de las escritoras más leídas
en todo el mundo. Ha sido traducida a más de 35 lenguas.
Editorial Planeta comenzará a
distribuir Las hijas del
Capitán en América Latina a partir del 12 de abril. En catalán
saldrá publicada bajo el sello Columna Edicions (Grup 62).
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