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Julia Sáez-Angulo
02/10/18 .- MADRID .- Ha unido el
nombre de su lugar natal a su primer apellido, como nombre artístico. Desde el
principio se ha consagrado al arte de la tercera dimensión y la piedra ha sido
su material por excelencia. Se define como escultora y lo es como lo prueban
las numerosas piezas que hoy se encuentran en distintas colecciones y museos.
Solo cuando las fuerzas comenzaron a flaquear volvió de manera más intensa al
dibujo, el color y el collage, que es en lo que ahora está, en piezas de gran
formato como la que vimos recientemente en el palacio del Infantado de
Guadalajara. Pero sin dejar la escultura.
Amparo Ruiz de Ayllón (Ayllón Segovia,
1953) residente en Madrid, guarda su casita familiar en el histórico pueblo de
Ayllón en Soria, donde pasa buena parte de sus veranos, al fresco del clima segoviano.
Una villa medieval con el palacio de Villena en su casco histórico, no lejos
del palacio de los Contreras o el del Obispo Vellosillo y las torres de Santa
María la Mayor, la Vigía Martina o San Miguel. En suma, uno de los municipios
incardinado en la Asociación de Pueblos más Bellos de España. Por él han pasado
personajes históricos reales de relieve como Alfonso VIII y Alfonso XI, Leonor
de Aragón, Catalina de Lancaster… y santos de altura por su pobreza, como san
Francisco de Asís
En invierno, Amparo Ruiz de Ayllón
es ave viajera, capaz de lograr los mejores vuelos para recorrer punto a punto
todos los parajes históricos o pintorescos de Europa, desde Malta a Sicilia,
pasando por Berlín o Praga. De vez en cuando algún curso de verano sobre
escultura, como el repetido en Portugal junto al maestro escultor Moisés Preto
Paulo, organizador de los encuentros escultóricos en Sintra.
Amparo tiene el sentido del disfrute
de la vida, porque sabe que la existencia es un dulce regalo que hay que
saborear. Se quedó viuda muy joven y ha sacado adelante –no sin esfuerzo- a
tres hijos hoy muy bien situados en la vida. Es una madre coraje que no pierde
ocasión de iluminar con su presencia allí donde aparece. Sabe que la vida tiene
más recursos que la adversidad. Últimamente está mucho más en forma, porque
acude al gimnasio a natación diaria. El agua le tonifica el cuerpo y, de paso,
el alma. Su mejor retrato se lo hizo Rosa Moreno de Castro, también colaboradora del Grupo PAC.
Cumple años el Día de la
Constitución. Todos los 6 de diciembre reúne a amigos para disfrutar de una
cenas de sabor castizo. música de guitarras y canto, donde no faltan nombres profesionales
de espectáculo. Le gusta cocinar y cantar, pero nunca ha bailado, dice que no
sabe hacerlo, pero se acaba de matricular en un curso de danza oriental –que no
de salsa como todo el mundo- porque dice que le atraen los movimientos sutiles
y sensuales de esa danza, cuyas clases se imparten en el mismo gimnasio de
natación. Veremos.
La escultora de Ayllón presume de un
relevante busto que muestra con generosidad y sin rubor en verano e invierno,
porque “Dios me ha concedido un bonito pecho y no es para esconderlo”, algo que
quizás le ha traído algún que otro malentendido y disgusto entre algunos
varones -¡que digo varones, ¡machos encendidos!-, que le han tomado el numero
cambiado. Algunas damas le critican esta exhibición.
En su obra escultórica destacan las
cabezas de piedra, algunas de las cuales ha donado para los proyectos de
creación de museos y colecciones del Grupo pro Arte y Cultura, PAC, fundado por
Mayte Spínola. La que donó al castillo de Merode era preciosa. Muchas de esas
cabezas parecen autorretratos que reproducen sus labios gruesos, policromados en
rojo, en contraste con la piedra blanca que va desde la arenisca al mármol. Es
generosa e incorpora a jóvenes colegas, emergentes o no, a su vida y proyectos
artísticos. Recientemente ha participado en el proyecto de las Venus tuneadas de
Smylife, a favor de Mensajeros de la Paz del
padre Ángel.
Las cabezas, sobre todo femeninas,
vuelven a ser protagonistas de sus grandes dibujos a línea, manipulados
seguidamente con color y collage de hojas naturales o de papel, hasta conformar
ingeniosos relieves que sorprenden la retina de los espectadores. Con todos
estos últimos trabajos prepara un proyecto singular que combina dibujo y
Naturaleza. Su instalación “Coro musical” a base de maderas y páginas de libro
antiguo alabeadas por el tiempo resulta imaginativa y divertida.
Le gusta la poesía y ha cultivado
tertulias poéticas junto a Luis Hernández del Pozo, José Hierro y Luis López
Anglada, hasta el punto de contagiarse de su facilidad para componer sonetos y
otras variantes de la prosodia poética. Algunos de sus sonetos se han publicado
en revistas. En la última fiesta de cumpleaños, el poeta cubano Jesús Muguerza
hizo un pequeño recital de sus versos.
Más información
http://criticosartemadrid.es/index.php/colaboraciones/140-amparo-ruiz-de-ayllon-en-la-casa-do-brasil
Con Jesús Muguerza, poeta cubano
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