Julia Sáez-Angulo
2/5/21.- Madrid.- Zola escribió la célebre novela “La obra maestra”, la obsesión de un artista pintor por la perfección, que lo lleva con frecuencia a lo imposible y la tragedia. León de Vega fue un virtuoso pianista español que luchó por dominar los preludios de Chopin y quiere interpretarlos a la perfección -a su manera- y lucha con ellos a la vez que con la vida, una existencia marcada por un trauma de infancia.
Ochenta y cinco minutos de un monólogo muy bien interpretado por Daniel Ortiz -que adapta la novela del crítico musical y narrador Jesús Ruiz Matilla-, y la interpreta, por lo que se trata de un trabajo dramático creado de principio a fin por el actor. Madrid Matadero de El Teatro Español acoge esta obra dura y difícil, resuelta por un gran actor.
Ya la novela adolece en sí de cierta exageración y tendencia al esperpento al hablar de León de Vega de sí mismo y de los demás, algo que se traduce en el monólogo dramático del teatro. León de Vega es virtuoso obsesivo, perfeccionista, ególatra, egótico, menospreciador, solitario, nada empático, bisexual, maniático hasta lo indecible… Sobreactuado. Un artista consagrado al dios Exceso. Corrosivo. Le faltan unas gotas de humanidad para ser más creíble, menos maniqueo. Todo ello aparece en una obra dura, no sé si del todo acorde con la realidad del personaje interpretado, pero sí, bien esculpido para el escenario. Los personajes de la madre, el representante, el afinador y otros varios aparecen solo en la palabra del propio León de Vega representado.
Daniel Ortiz es un magnífico intérprete que con el monólogo ocupa brillantemente la escena y pone en pie, al ritmo de los 24 preludios de Chopin, la bisexualidad notoria de León de Vega, el drama de un recuerdo infantil que horada su pensamiento y que solo salva la música. El deseo de éxito y el rechazo inaceptable.
“Lo raro es vivir” es el título de un libro de Carmen Martín Gaite, título que elogió en su día Gabriel García Márquez. Hay vidas tan marcadas que solo se combaten o palian con el arte, aunque el pronto final queda diseñado en la existencia. La madurez en la vida es el arte de gestionar dificultades y traumas. León de Vega se quedó en un caprichoso Peter Pan, obsesionado por los preludios de Chopin, que no supo gestionar sus traumas.
FICHA ARTÍSTICA Y TÉCNICA
DIRECCIÓN Y DRAMATURGIA: DANIEL ORTIZ A PARTIR DE LA NOVELA HOMÓNIMA DE JESÚS RUIZ MANTILLA
REPARTO: DANIEL ORTIZ
MÚSICA: FRÉDÉRIC CHOPIN, 24 PRELUDIOS, OP. 28
VESTUARIO: REYES CARRASCO
ESPACIO SONORO: ÁLVARO GÓMEZ
FOTOGRAFÍA Y DISEÑO GRÁFICO: GOYO DE PACHECO
ESCENOGRAFÍA: ARTE & DESMAYO
PRODUCCIÓN: ARTE & DESMAYO
1 comentario:
La inclusión de Martín Gaite al final, me parece extemporánea, no la acabo de ver, será torpeza mía. Ruiz Matilla es un personaje de peso, gregario de El País y de un sentido de izquierdas trasnochado, le va bien un personaje sobreactuado.
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