sábado, 18 de marzo de 2023

ANDREA NAVAS, Enrique Gracia y Antonio Pastor: “Recital de Poesía con Música” en el Centro Moncloa


Enrique Gracia y Andrea Navas, poeta y rapsoda

Antonio Pastor, guitarrista


J.S.A.
18/3/23.- Madrid.- Andrea Navas, Enrique Gracia Trinidad y Antonio Pastor han llevado a cabo un  “Recital de Poesía con Música”, del siglo XX hasta hoy, en el Centro Cultural Moncloa.
Ellos de negro flamenco y ella de cabello largo y falda corta, sobre el escenario, recitaron, declamaron o interpretaron poesía comprometida, reivindicativa, nihilista, satírica, amorosa o humorística, ante un público mayoritariamente femenino, como es habitual en los actos culturales. 
    Andrea Navas y Enrique Gracia, magníficos rapsodas, cuentan con cierto público fijo y fiel -eso les honra- que les sigue a sus periódicos recitales por la capital de España. Ambos recitaban, en general alternando sus voces en los versos de un mismo poema con grato resultado, en los que destacaban con frecuencia las dotes de buena actriz de Andrea.
La música de guitarra de Juan Pastor ponía notas y canto de vez en cuando. 
    El resultado fue un recital cuidado y preparado, -pesado, contado y medido-, con ritmo y armonía, que fue muy aplaudido por los asistentes.
    Para Enrique Trinidad, la poesia española de principios del XX a hoy pasa por una prolongación de la Edad de Plata o una segunda etapa, a juzgar por los nombres señeros que aparecen y poemas excelentes que generan.
Nombres y poemas, acreditados por ser “clásico-modernos”, sin faltar al final nombres femeninos de autoras más o menos conocidas, algo que satisface sobre todo a las mujeres, que vemos como ellas también han contribuido con sus versos notables a la literatura en español. Lo casi innecesario es subrayar su presencia, como si fuera algo necesario o conveniente en los tiempos que corren.
    Se recitó al recordado andaluz Rafael Montesinos; al querido Leopoldo de Luis; al celebrado José Hierro con su soneto nihilista “Nada”; al seguido Blas de Otero con su poema “Nos queda la palabra”; Jaime Gil de Biedma, con sus versos sobre el envejecer de la vida; al donostiarra Gabriel Celaya con su “Poesía es un arma cargada de futuro”, tan recitado en mi Universidad de los 60-70; a Gerardo Diego con su “Romance del Duero”, tan presente en manuales colares de los 50 a 70; a Gloria Fuertes con “Solo soy una mujer”.
    También recitaron poemas de Ángel García López (con estos apellidos, ¿cómo voy a ser famoso?, decía. Debió buscarse un seudónimo o heterónimo menos común); María Luisa Mora “poeta preferida” de Andrea Navas, y su poema “Receta tonta”; Laura Capmany y su “Tentación”; Inma Pelegrí, con “Flora”; Teresa Berenguer…
    “Hay que disfrutar la poesía, más que entenderla”, advirtió el maestro Enrique Trinidad, antes de recitar al poeta Juan Carlos Mestre, con sus ráfagas surrealistas. Se recitó seguidamente “El mar” de Paca Aguirre, la mejor, en una familia de poetas con Félix Grande y su hija Guadalupe. “Un mar donde llorar a mares/ y que nadie lo note”.
    Angélica Morales fue otra de la poetas -a muchas no les gusta lo de poetisas- elegida, con “Nada sucede” o Cati Parra con “Una hermosa lección”, magistralmente interpretado, “vivido” por Andrea. Para seguir con Juan van Halen, en “El rostro”; Amalia Bautista, con “El puente”; Enrique Valle; Silvia Ugidos; Marisa García Olías; Luis Alberto de Cuenca; Ángel Guinda, aragonés recientemente desaparecido; Rafael Soler …y para finalizar, el canto de un poema de Enrique Gracia, por Juan Pastor a la guitarra.
        “Leer un poema al día” fue la recomendación final del maestro Enrique Gracia.
    Entre los asistentes, los pintores Francisco López-Soldado, que expone actualmente en el Centro Moncloa, acompañado de su esposa, Carmen Fernández; el profesor Notario, de Anatomía humana en Bellas Artes, junto a su esposa, el escritor Emilio Porta…
Una tarde y recital inolvidable.
 (Inconveniente: mi tos y estornudos inoportunos en un momento dado, lo que inquietó a mi compañero desconocido de butaca, que me miraba con desconfianza, se separaba de mi cercanía, y al que tranquilicé relativamente diciéndole: “es alergia, no gripe”. Peor fue lo de un señor/a al que le sonó un movil dos veces seguidaS.
    (Quizás con esta alergia idiopática no debí haber acudido al recital, pero me hubiera perdido esa maravilla. Por prudencia, siempre me sitúo al final de fila o de sala, por si tengo que evacuar mi figura y su alergia, que se ensaña en primavera y me resta presencia en conciertos y recitales. No todo es hermosa poesía o bella primavera en esta vida).

RECITAL DE POESÍA CON MÚSICA
Poesía para todos (del siglo XX hasta hoy)
Voces: Andrea Navas y Enrique Gracia
Guitarra y voz: Antonio Pastor Gaitero
Centro Cultural Moncloa, Pza. Moncloa 1,  Madrid.

4 comentarios:

Julia Saez Angulo y Dolores Gallardo dijo...

Hermoso, hermoso acto. Con Rocío, mi mujer, hicimos varios homenajes a estos poetas. Sobre todo a Gloria Fuertes que no es muy conocida por estas tierras. Y Blas de Otero, Celaya, José Hierro...gracias. Con el poeta Luis Alberto Quesada, una persona magnífica, cálida, brillante. Estuvo 17 años en las cárceles franquistas. Fuimos muy amigos. Luego conocimos en Buenos Aires a Marcos Ana. Historias...

Carlos Penelas

Enrique Gracia Trinidad dijo...

Fue muy agradable interpretar poemas a salón casi repleto y con un público atento y cómplice.
Un honor que estuviesen por allí Julia Sáez Angulo, el pintor López Soldado, Carmen Fernández, el profesor Notario y su esposa, los poetas Emilio Porta, Concha Parada o Rosa Jimena entre otros.
Dar a conocer la poesía en sus voces más conocidas y en otras menos reconocidas aún, es nuestro placer y nuestro compromiso desde hace muchos años .
Un abrazo agradecido a Julia Sáez Angulo.

Julia Saez Angulo y Dolores Gallardo dijo...

Gracias, queridas y admiradas Julia y Dolores, por regalarnos estas cosas tan íntimas y entrañables.
Roberto Alifano

Anónimo dijo...

Ángela Reyes
Felicidades a mis amigos Soledad Serrano y Enrique Gracia,
por ese recital que dieron. Soy testigo de su maestría en la lectura
del poema y de la generosidad que derrochan los dos con
la poesía ajena, ya sean poetas vivos o fallecidos. Ángela Reyes