Julia Sáez-Angulo
La isla de Mallorca y en especial su capital, Palma, está llena de lugares con evocación histórica, literaria y artística. Desde la tumba del gran filósofo y santo medieval Ramón Llull, en la enorme iglesia de San Francisco de Palma, hasta la casa del escritor Llorenç Villalonga, autor de la novela “Bearn”, en el Casal Sabater de la localidad de Benissalem.
Palma de Mallorca ofrece tres esculturas de tres importantes figuras de la isla para la historia de la humanidad: la de Ramón Llull, no lejos de la catedral y la de Fray Junípero Serra junto a un indio, a la salida de la iglesia de san Francisco. No olvidemos que este fraile es el único español reconocido por el Congreso de los Estados Unidos, como uno de los padres civilizadores de la patria americana USA. Fray Junípero evangelizó California y es figura indiscutible en aquella tierra.
Por último cabe destacar la estatua de Cresques Helias, el judío mallorquín, que dejó un trabajo cartográfico de primer orden en Mallorca, decisivo para Cristóbal Colón y el descubrimiento de América. La escultura se encuentra en el Call o barrio judío de Palma en torno a Santa Eulalia.
Para el investigador Juan Oliver Torrents, Cristóbal Colón es un personaje malloquín, pues como buen judío converso, tuvo acceso a la importante cartografía de la isla, que nutrió la Escuela de Sagres en Portugal, escuela que en rigor debiera denominarse “mallorquina”. No olvidemos que el colectivo judío en Mallorca fue muy importante hasta el punto de que la catedral conserva los vestigios más antiguos de ritual de la sinagoga en Europa.
En la localidad de Deià, por otra parte, se muestra como Museo Robert Graves, la Casa Can´Alluny, donde el escritor británico, autor entre otros libros de “La diosa blanca” o “Yo Claudio”, residió desde mediados de los años 40 hasta su fallecimiento en 1985. Manuscritos y objetos personales evocan la vida de este insigne escritor venerado por muchos lectores.
Llorens Villalonga, médico psiquiatra de profesión, narró en su célebre novela “Bearn”, la decadencia de las familias nobles o patricias de Mallorca, es decir del Mediterráneo. El fin de una época de esplendor, que daba paso a otra más democrática y abierta, en paralelo a la novela “El Gatopardo”, que escribió Giuseppe de Lampedussa, sin bien la obra del mallorquín apareció antes a la luz. Ambas novelas han sido llevadas al cine y protagonizadas por célebres actrices como Ángela Molina y Fernando Rey, en el caso de la española y Claudia Cardinale y Burt Lancaster, en el de la italiana.
De la Cartuja de Valdemosa a Calviá
Notoria es la estancia del músico polaco Chopin y la escritora francesa Georges Sand en la Real Cartuja de Valldemosa durante el año 1838-39. El libro de la autora “Un invierno en Mallorca” narra la experiencia en aquel bello paraje entre campesinos que no entendían su modo de vivir, de la misma manera que la escritora gala no manifiesta e su escritura comprensión alguna por los payeses de la localidad.
La buena situación y excelente clima de la isla ha convocado para residir en ella a numerosos artistas que van desde Joan Miró, quien hizo una Fundación con su nombre y el de su esposa en Palma, al croata Kristian Krekovic, que se trasladó a la capital de Mallorca en 1960, después de un intenso recorrido por la cultura latinoamericana y ha creado el museo de pintura de su nombre en la ciudad.
Joaquín Torrens Lladó también fundó poco antes de morir su museo, en una casa señorial mallorquina no lejos de la catedral. Yannik Vu y Ben Jacober, por su parte, han creado su Fundación y museo con sus esculturas, además de su colección particular de pinturas en Alcudia. Mayte Spínola como líder del Grupo por Arte y Cultura, intervino de modo decisivo en la creación del Museo de Arte Contemporáneo, sito en el Ayuntamiento de Calviá, mientras la corporación decida el emplazamiento definitivo.
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