Julia Sáez-Angulo
02/05/18
.- MADRID .- Lo profetizó Francisco Candel en su libro Els otres catalans, vertido al español con el título de Los otros catalanes veinte años después (Plaza
Janés, 1986), donde analizaba “la
situación actual en Cataluña de los ciudadanos inmigrados de las diversas
regiones españolas, los “otros catalanes”, según rezaba la portada del volumen.
El autor iba analizando la oleadas
de las distintos migraciones y no le dio lugar a analizar la avalancha islámica
preferida por el xenófobo convergente Jordi Puyjol y su esposa, la reinona
Marta Ferrusola, frente a los iberoamericanos que hablan el “odiado” idioma de
Cervantes.
La escuela y la educación entregada
por el Estado de España a la autonomía
catalanista sectaria de independentistas (con la connivencia de décadas y
mirada a otro sitio del PSOE y del PP) ha hecho el resto: asimilar, bajo
señalamiento y denuncia con el dedo y la voz, a los que no se incorporan al
pensamiento hegemónico del independentismo. Hoy el prototipo es el cantante pop
Alfred García Castillo –el propagador de “España de mierda”, como lo son los
Jordi Sánchez (apellido godo donde lo haya) y otros acomplejados, que se hacen
más indepes para parecer más
catalanes, lo que conviene.
Los “otros catalanes” salen de los
acomplejados, de los conversos a la nueva ideología amarilla xenófoba, y
acabarán por hacer el trabajo sucio concebido en las logias y cloacas de los
catalanes “pata negra”.
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