Julia
Sáez-Angulo
2-may-18.-
MADRID .- El libro Espiritualidad del
desierto, escrito por Gisbert Greshake, publicado por PPC, constituye un
amplio ensayo de reflexión ascética con los apartados: El desierto en la Sagrada
Escritura; La espiritualidad de los padres del desierto; El desierto en la
mística alemana; El Carmelo y la espiritualidad “liana” del desierto”; El
desierto en la espiritualidad de Carlos de Foucould; La espiritualidad
“natural” del desierto en la actualidad, e Iglesia en el desierto.
El
libro lleva ilustraciones de algunas fotografías del desierto en color.
El
desierto es caliente de día y frío de noche. “El desierto es una tierra fría
con un sol ardiente” dicen los tuaregs. Tierra estéril y fértiles oasis, arena
y piedra, llanura y altas montañas. “La relación entre todo ello es un
equilibrio inestable”, dice el autor de Espiritualidad
del desierto.
Polos opuestos como imagen de la vida misma, marcada por tensiones y
rupturas. Lugar de muerte y lugar de vida, icono elocuente de la existencia
humana.
No
hay que olvidar que Cristo se retiro al desierto para prepararse a entrar en la
vida pública, allí fue tentado y salió fortalecido como hombre para emprender la
enseñanza de su doctrina y su entrega en la cruz para remisión de los pecados.
Los
cristianos han tenido muy en cuenta el desierto en lo que tiene de retirada y
ascesis del alma. El libro de Gisbert Greshake, Espiritualidad del desierto, es amenos e ilustrador del desierto como
geografía y territorio de la vida espiritual.
Gisbert
Greshake (Alemania, 1933) estudió en Münster y Roma. Trabajó como asistente de
W. Kasper. En 1972 consiguió la cátedra de Teología dogmatica e historia del
dogma en Tubinga. De 1974 a 1985 fue profesor en la Facultad de Teología
católica de Viena. Y desde 1985, de Teología dogmática y ecuménica en Friburgo de
Brigovia.
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